Los Sagrados Corazones de Jesús y de María
San Juan Eudes
El divino Corazón de Jesús es la Corona de la Gloria del santísimo Corazón de María.
No es justo separar dos realidades que Dios ha unido tan estrechamente con los lazos más fuertes de la naturaleza, de la Gracia y de la Gloria. Me refiero al divino Corazón de Jesús, Hijo único de María, y al Corazón virginal de María, Madre de Jesús. El Corazón del mejor Padre que pueda existir y de la mejor Hija que haya existido y existirá siempre; el Corazón del más divino de los esposos y de la más santa de las esposas; el Corazón del más amable de todos los Hijos y de la más amante de todas las Madres. Son dos corazones unidos por el mismo espíritu y el mismo amor que une al Padre de Jesús con su Hijo amadísimo hasta formar un solo Corazón, no en unidad de esencia como lo es la unidad del Padre y del Hijo, sino [en unidad] de sentimiento de afecto y de voluntad.
Estos dos Corazones de Jesús y de María se hallan unidos tan íntimamente que el Corazón de Jesús es el principio del Corazón de María, como el creador es el principio de su criatura; y que el Corazón de María es el origen del Corazón de Jesús, como la madre es el origen del corazón de su hijo.
¡Prodigio admirable! El Corazón de Jesús es el corazón, el alma, el espíritu y la vida del Corazón de María. El Corazón de María no tiene actividad ni sentimiento sino por el Corazón de Jesús. A su vez, el Corazón de María es la fuente de la vida del Corazón de Jesús, [pues el Corazón de Jesús es] residente en las benditas entrañas de María, como el corazón de la madre es el principio de la vida del Corazón de su hijo.
Finalmente el Corazón adorable de Jesús es la Corona y la Gloria del amable Corazón de la Reina de los Santos. Como también el Corazón de María es la Gloria y la Corona del Corazón de Jesús porque [el Corazón de María] le tributa más honor [al Corazón de Jesús] que todos los corazones del paraíso.
Por eso, después de explicar las maravillas del Sagrado Corazón de Jesús, dedicaremos una segunda parte para hablar del Corazón augusto de María. ¿Pero qué podremos decir sobre un tema que es inefable, inmenso, incomprensible e infinitamente elevado por encima de las luces de los Querubines? Las lenguas de los Serafines serían demasiado débiles para hablar dignamente de la más mínima centella de esa hoguera abrasada por el divino amor. ¿Cómo un miserable pecador, lleno de tinieblas e iniquidad, se atreverá a acercarse a ese abismo de santidad? ¿Cómo [esa persona] osará mirar ese formidable Santuario cuando aquellas terribles palabras golpean sus oídos?: «¡tiemblan ante mi Santuario!” (Lev. 26, 2). «Señor Jesús, lava en mí mis iniquidades para que [yo] merezca entrar con espíritu purificado en el Santo de los santos”, con puros pensamientos y palabras encendidas en aquel fuego celestial que trajiste a la tierra [,] y abrasa en Él el corazón de los lectores.

Más de este autor/tema

Vida y Reino de Jesús en las Almas cristianas
Ver Libro

El Corazón Admirable de la Madre de Dios
Ver Libro

Contrato del hombre con Dios mediante el bautismo
Ver Libro

La primera pascua de Jerusalén
Ver Libro

Nuestra Señora del Buen Suceso
Ver Libro

Caminar con Jesús
Ver Libro

Beato Pablo VI
Ver Libro

San Agustín
Ver Libro

¿Desapareció el limbo?
Ver Libro

Sobre la música
Ver Libro

Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima
Ver Libro

El Camino del Perdón
Ver Libro

El tiempo de una presencia
Ver Libro

Las maravillas del Santo Nombre de Jesús
Ver Libro

La Virgen Madre
Ver Libro

Vita Antonii, Vida de san Antonio Abad
Ver Libro

El Espíritu Ora en nosotros
Ver Libro

La idea de la acción moral
Ver Libro

365 días con el Padre Pío
Ver Libro

Testimonio de Gloria Polo
Ver Libro

La sabiduría del padre Brown
Ver Libro

Leyendas negras de la iglesia
Ver Libro

La hendidura de la roca
Ver Libro

Sobre el cielo y la tierra
Ver Libro

El Alma de Todo Apostolado
Ver Libro

Guía de pecadores
Ver Libro

Orar con el Evangelio de Marcos
Ver Libro

Carta Encíclica Fides Et Ratio
Ver Libro

La verdad del amor humano
Ver Libro

Summa Daemoniaca
Ver Libro

Amor Humano
Ver Libro

Por qué orar, cómo orar
Ver Libro
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!