Milagros Vivientes
Padre Ángel Peña Benito O.A.R.
INTRODUCCIÓN
¿Se puede hablar todavía en este siglo XXI de milagros? Algunos piensan que eso no es serio ni necesario. El hombre que llegó a la luna y está superando toda clase de enfermedades ¿no tiene ya una explicación científica a todos los casos que antes se llamaban milagros? Y en los casos en que no haya todavía explicación, ¿no se podrá esperar un poco más hasta que la ciencia pueda dar una explicación racional a los hechos considerados milagrosos?
Evidentemente, para los que no creen en Dios ni en lo sobrenatural, la cuestión es muy sencilla: simplemente no existen los milagros. Para ellos, es cuestión de tiempo el poder explicar lo inexplicable de hoy. Según ellos, las leyes naturales son inmutables y no pueden tener excepciones. Sin embargo, la experiencia de los hombres de todos los siglos, nos dice que hay ciertos hechos que van en contra del modo normal de actuar de las leyes de la naturaleza. Es como decir que hay casos excepcionales. Y estos casos son precisamente los milagros: Hechos objetivos, sensibles, constatables, que superan las leyes de la naturaleza, y que son realizados por el poder de Dios como signos de que Él vive y se preocupa de la vida de los hombres. Por eso, podemos decir que los milagros son hechos divinos, realizados por el poder de Dios. Los verdaderos milagros son siempre señal del poder y del amor de Dios, vivo y presente entre nosotros.
En este libro presentaremos algunos milagros vivientes, es decir, que pueden ser, de alguna manera, constatables hoy día para un sincero investigador. Ojalá que estos milagros nos lleven a pensar en el Dios viviente que los realiza y que nos habla de su presencia y de su amor.

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Apreciado y querido Padre Ángel Peña:
Lo saludo muy cordialmente y mediante estas líneas es necesario expresarle todo el agradecimiento a Dios… pues como instrumento de “EL” Usted me dio la luz para continuar en los momentos “más difíciles de mi confundida fe”… Sus sermones en la Parroquia Nuestra Señora de la Caridad y la lectura de sus incomparables libros iluminaron el camino hacia el amor, la Paz, el perdón, la paciencia en la lucha diaria y me faltaría muchas hojas para expresar los testimonios de cómo el Señor se comunico conmigo a través suyo… y soy lo que soy… como dice la canción “Un vaso nuevo” gracias a su labor verdadera de “Sacerdote” que pulió mis aristas así como a mis hermanos de alrededor.
Cómo deseo fervientemente volver a presenciar y escuchar misas y sermones de su labor pastoral y para comulgarme como siempre lo hacia … ¿dónde lo ubico?… donde estuviere en Lima-Perú de seguro lo encontraré.
Me despido reiterándole mi reconocimiento e infinito aprecio como humilde católica que tuvo la suerte de conocerlo personalmente y haber logrado tener su pequeñita biblioteca enriquecida con sus libros sabios.
Muy atentamente,
Dra. Bibian Torres Suárez (por la gracia de Dios)