La eugenesia y otras desgracias
Gilbert Keith Chesterton
Al lector
Publico hoy estos artículos por un motivo especial, relacionado con la presente situación; motivo que quiero subrayar y dejar bien claro.
La mayoría de las conclusiones, y sobre todo las que aparecen hacia el final, se refieren a acontecimientos más recientes; pero las notas en torno a la ciencia eugenésica las escribí antes de la guerra. Era una época en la que el tema estaba de moda; los niños eugenésicos (que en nada se distinguían de los demás) salían en todas las publicaciones ilustradas; los delirios evolucionistas de Nietzsche constituían el último grito entre los intelectuales; y Bernard Shaw, entre otros, jugaba con la idea de que criar hombres como quien cría caballos de tiro era el mejor modo de alcanzar esa forma superior de civilización, de magnanimidad intelectual y entendimiento empático, que disfrutan los caballos de tiro. Podría parecer entonces que me tomaba el tema de manera demasiado controvertida; me parece que a veces me lo tomé demasiado en serio. Pero la crítica de la eugenesia pronto se infló, por sí misma, hasta convertirse en una crítica más general del gusto moderno por la burocratización científica y la rígida organización social.
Y entonces llegó la hora en que respiré aliviado, creyendo que podía echar al fuego todas mis notas. La hoguera fue tremenda, y consumía cosas más importantes que esas vacuas pedanterías. Además, el tema inicial se resolvía de manera inesperada. En el Estado que se había especializado en ellas, la burocratización científica y la organización le habían declarado la guerra a la cultura de la cristiandad, más antigua. Si ganaba el prusianismo, sería inútil protestar; si perdía, sería innecesario. Al pasar la guerra de los gases venenosos a la piratería contra los neutrales, cada vez estaba más claro que el Estado científicamente organizado no ganaba precisamente en popularidad. Fuera cual fuese el desenlace, ningún inglés iba a volver a meter las narices en esos apestosos y siniestros laboratorios. Así que me pareció irrelevante todo lo que había escrito, y lo olvidé.
Lamento muchísimo tener que reconocer que no es irrelevante. Poco a poco, ante mi asombro, ha ido quedando claro que las clases gobernantes de Inglaterra siguen comportándose como si Prusia continuase siendo el modelo para el mundo entero. Es verdad que algunas partes de mi libro tienen ya nueve años, pero los principios y los procesos de ellos son mucho más antiguos. No pueden ofrecernos sino su ciencia rancia de siempre, su prepotente burocracia de siempre y el mismo terrorismo de siempre, todo ello llevado a cabo por los profesores de décima fila que han llevado al Imperio alemán a su reciente victoria tan notoria. Justamente por eso, tres años después de la guerra contra Prusia, recojo y publico estos artículos.
G. K. C.

Más de este autor/tema

El Napoleón de Notting Hill
Ver Libro

El Hombre Común
Ver Libro

Vegetarianos, imperialistas y otras plagas: Artículos 1907
Ver Libro

Autobiografía
Ver Libro

El hombre que fue jueves
Ver Libro

La incredulidad del Padre Brown
Ver Libro

El fin de una época
Ver Libro

El Hombre que sabía demasiado
Ver Libro

La esfera y la cruz
Ver Libro

Tres relatos del padre Brown
Ver Libro

La sabiduría del padre Brown
Ver Libro

El Club De Los Negocios Raros
Ver Libro

Lo que está mal en el mundo
Ver Libro

El escándalo del padre Brown
Ver Libro

15 días con Romano Guardini
Ver Libro

San Juan Maria Vianney – Biografía
Ver Libro

Manual de Indulgencias
Ver Libro

Meditemos en los salmos
Ver Libro

La amistad espiritual
Ver Libro

Sanar el Corazón
Ver Libro

Catecismo Mayor
Ver Libro

San Ignacio de Loyola
Ver Libro

Retiro para gente joven
Ver Libro

Carta Encíclica Spe Salvi
Ver Libro

En tierra de nadie
Ver Libro

Preparación para la Consagración Total
Ver Libro

Beata Teresa de Calcuta
Ver Libro

Santo Tomás de Villanueva El limosnero de Dios
Ver Libro

Sobre la muerte y los moribundos
Ver Libro

La Pasión del Señor
Ver Libro

El Santo Abandono
Ver Libro

Santa María Goretti y la Conversión de Su Asesino
Ver Libro

¡Vivamos La Navidad!
Ver Libro

Testigo de la misericordia
Ver Libro

Catecismo de la Suma Teológica
Ver Libro

Carta Apostólica Spiritus Domini
Ver Libro

La paz interior
Ver Libro

Epistolario
Ver Libro

Vive, Ama, Se tu mismo
Ver Libro

El Jesuita
Ver Libro

¿La ciencia contra la fe?
Ver Libro

Memorias de la casa de los muertos
Ver Libro

La bendición de la Navidad: Meditaciones
Ver Libro
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!