Carta Apostólica a los jóvenes del mundo
San Juan Pablo II
Votos para el año de la Juventud
Queridos amigos:
1. «Siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere». (cf. Pe 3,15)
Estos son los votos que formulo para vosotros, jóvenes, desde el comienzo del año en curso. El 1985 ha sido proclamado por la Organización de las Naciones Unidas como Año Internacional de la Juventud, lo cual reviste un significado múltiple ante todo para vosotros mismos, y también para todas las generaciones, para cada persona, para las comunidades y para toda la sociedad. Esto reviste asimismo un particular significado para la Iglesia en cuanto depositaria de verdades y valores fundamentales, y a la vez servidora de los destinos eternos que el hombre y la gran familia humana tienen en Dios mismo.
Si el hombre es el camino fundamental y cotidiano de la Iglesia, (RH 14) entonces se comprende bien por qué la Iglesia atribuye una especial importancia al periodo de la juventud como una etapa clave de la vida de cada hombre. Vosotros, jóvenes, encarnáis esa juventud. Vosotros sois la juventud de las naciones y de la sociedad, la juventud de cada familia y de toda la humanidad. Vosotros sois también la juventud de la Iglesia. Todos miramos hacia vosotros, porque todos nosotros en cierto sentido volvemos a ser jóvenes constantemente gracias a vosotros. Por eso, vuestra juventud no es sólo algo vuestro, algo personal o de una generación, sino algo que pertenece al conjunto de ese espacio que cada hombre recorre en el itinerario de su vida, y es a la vez un bien especial de todos. Un bien de la humanidad misma.
En vosotros está la esperanza, porque pertenecéis al futuro, y el futuro os pertenece. En efecto, la esperanza está siempre unida al futuro, es la espera de los «bienes futuros». Como virtud cristiana ella está unida a la espera de aquellos bienes eternos que Dios ha prometido al hombre en Jesucristo. (cf. Rom8,19-21; Ef 4,4; Flp 3,10ss) Y contemporáneamente esta esperanza, en cuanto virtud cristiana y humana a la vez, es la espera de los bienes que el hombre se construirá utilizando los talentos que le ha dado la Providencia.
En este sentido a vosotros, jóvenes, os pertenece el futuro, como una vez perteneció a las generaciones de los adultos y precisamente también con ellos se ha convertido en actualidad. De esa actualidad, de su forma múltiple y de su perfil son responsables ante todo los adultos. A vosotros os corresponde la responsabilidad de lo que un día se convertirá en actualidad junto con vosotros y que ahora es todavía futuro.
Cuando decimos que a vosotros os corresponde el futuro, pensamos en categorías humanas transitorias, en cuanto el hombre está siempre de paso hacia el futuro. Cuando decimos que de vosotros depende el futuro, pensamos en categorías éticas, según las exigencias de la responsabilidad moral que nos impone atribuir al hombre como persona—y a las comunidades y sociedades compuestas por personas—el valor fundamental de los actos, de los propósitos, de las iniciativas y de las intenciones humanas.
Esta dimensión es también la dimensión propia de la esperanza cristiana y humana. En esta dimensión, el primer y fundamental voto que la Iglesia, a través de mí, formula para vosotros, jóvenes, en este Año dedicado a la Juventud es que estéis «siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere».(1 Pe 3, 15)

Más de este autor/tema

Síntesis del Nuevo Catecismo de La Iglesia Católica
Ver Libro

Memoria e Identidad
Ver Libro

El magisterio de la Iglesia
Ver Libro

Ordenación general del Misal Romano
Ver Libro

Abrid las puertas al Redentor
Ver Libro

Ritual del Exorcismo Católico
Ver Libro

Carta Encíclica Fratelli tutti
Ver Libro

Carta encíclica Deus Caritas Est
Ver Libro

Directorio para la Catequesis 2020
Ver Libro

Caminando hacia el Padre
Ver Libro

Carta Apostolica Rosarium Virginis Mariae
Ver Libro

La edad de oro de los padres de la Iglesia (PDF)
Ver Libro

Exhortación Apostólica Ecclesia in America
Ver Libro

Cristología
Ver Libro

Ensayos del Cardenal Karol Wojtyla
Ver Libro

La Perfecta Virgen Santa María de Guadalupe en España y México
Ver Libro

La esfera y la cruz
Ver Libro

Lecciones de vida
Ver Libro

Los pilares de la incredulidad
Ver Libro

La Santa Misa
Ver Libro

El valor divino de lo humano
Ver Libro

Señor, tu amigo está enfermo
Ver Libro

La agonía de Cristo
Ver Libro

Más grandes que el amor
Ver Libro

Beato Pablo VI. Un gran Papa largamente incomprendido
Ver Libro

Devocionario de 1931
Ver Libro

Carta Encíclica Laborem Exercens
Ver Libro

Bajar al encuentro de Dios
Ver Libro

El Tesoro escondido de la Santa Misa
Ver Libro

San Ignacio de Loyola
Ver Libro

En la intimidad con Dios
Ver Libro

Diario Espiritual
Ver Libro

La Música en el Culto Católico
Ver Libro

Noches blancas
Ver Libro

Oración Mental Según Santa Teresa
Ver Libro

San Juan María Vianney – Cómic para Niños
Ver Libro

¡Espíritu Santo, ven!
Ver Libro

La Ternura de Dios
Ver Libro

Surge ¡Levántate!
Ver Libro

Instrucción sobre algunos aspectos de la “Teología de la Liberación”
Ver Libro

Y Habitó entre nosotros
Ver Libro

La nación por construir
Ver Libro

Custodia el Corazón
Ver Libro

Divina Comedia de Dante (explicación)
Ver Libro

Sanados por el GRAN Milagro de la Eucaristía
Ver Libro
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!