Vida y misterio de Jesús de Nazaret, I. Los comienzos

José Luis Martín Descalzo

INTRODUCCIÓN

Y vosotros ¿quién decís que soy yo? (Mc 8,27).

Hace dos mil años un hombre formuló esta pregunta a un grupo de amigos. Y la historia no ha terminado aún de responderla. El que preguntaba era simplemente un aldeano que hablaba a un grupo de pescadores. Nada hacía sospechar que se tratara de alguien importante. Vestía pobremente. Él y los que le rodeaban eran gente sin cultura, sin lo que el mundo llama «cultura». No poseían títulos ni apoyos. No tenían dinero ni posibilidades de adquirirlo. No contaban con armas ni con poder alguno. Eran todos ellos jóvenes, poco más que unos muchachos, y dos de ellos —uno precisamente el que hacía la pregunta— morirían antes de dos años con la más violenta de las muertes. Todos los demás acabarían, no mucho después, en la cruz o bajo la espada. Eran, ya desde el principio y lo serían siempre, odiados por los poderosos. Pero tampoco los pobres terminaban de entender lo que aquel hombre y sus doce amigos predicaban. Era, efectivamente, un incomprendido. Los violentos le encontraban débil y manso. Los custodios del orden le juzgaban, en cambio, violento y peligroso. Los cultos le despreciaban y le temían. Los poderosos se reían de su locura. Había dedicado toda su vida a Dios, pero los ministros oficiales de la religión de su pueblo le veían como un blasfemo y un enemigo del cielo. Eran ciertamente muchos los que le seguían por los caminos cuando predicaba, pero a la mayor parte les interesaban más los gestos asombrosos que hacía o el pan que les repartía alguna vez, que todas las palabras que salían de sus labios. De hecho todos le abandonaron cuando sobre su cabeza rugió la tormenta de la persecución de los poderosos y sólo su madre y tres o cuatro amigos más le acompañaron en su agonía. La tarde de aquel viernes, cuando la losa de un sepulcro prestado se cerró sobre su cuerpo, nadie habría dado un céntimo por su memoria, nadie habría podido sospechar que su recuerdo perduraría en algún sitio, fuera del corazón de aquella pobre mujer —su madre— que probablemente se hundiría en el silencio del olvido, de la noche y de la soledad.

Y… sin embargo, veinte siglos después, la historia sigue girando en torno a aquel hombre. Los historiadores —aún los más opuestos a él— siguen diciendo que tal hecho o tal batalla ocurrió tantos o cuántos años antes o después de él. Media humanidad, cuando se pregunta por sus creencias, sigue usando su nombre para denominarse. Dos mil años después de su vida y su muerte, se siguen escribiendo cada año más de mil volúmenes sobre su persona y su doctrina. Su historia ha servido como inspiración para, al menos, la mitad de todo el arte que ha producido el mundo desde que él vino a la tierra. Y, cada año, decenas de miles de hombres y mujeres dejan todo —su familia, sus costumbres, tal vez hasta su patria— para seguirle enteramente, como aquellos doce primeros amigos.

¿Quién, quién es este hombre por quien tantos han muerto, a quien tantos han amado hasta la locura y en cuyo nombre se han hecho también —¡ay!— tantas violencias? Desde hace dos mil años, su nombre ha estado en la boca de millones de agonizantes, como una esperanza, y de millares de mártires, como un orgullo. ¡Cuántos han sido encarcelados y atormentados, cuántos han muerto sólo por proclamarse seguidores suyos! Y también —¡ay!— ¡cuántos han sido obligados a creer en él con riesgo de sus vidas, cuántos tiranos han levantado su nombre como una bandera para justificar sus intereses o sus dogmas personales! Su doctrina, paradójicamente, inflamó el corazón de los santos y las hogueras de la Inquisición. Discípulos suyos se han llamado los misioneros que cruzaron el mundo sólo para anunciar su nombre y discípulos suyos nos atrevemos a llamarnos quienes —¡por fin!— hemos sabido compaginar su amor con el dinero.

¿Quién es, pues, este personaje que parece llamar a la entrega total o al odio frontal, este personaje que cruza de medio a medio la historia como una espada ardiente y cuyo nombre —o cuya falsificación— produce frutos tan opuestos de amor o de sangre, de locura magnífica o de vulgaridad? ¿Quién es y qué hemos hecho de él, cómo hemos usado o traicionado su voz, qué jugo misterioso o maldito hemos sacado de sus palabras? ¿Es fuego o es opio? ¿Es bálsamo que cura, espada que hiere o morfina que adormila? ¿Quién es? ¿Quién es?

Pienso que el hombre que no ha respondido a esta pregunta puede estar seguro de que aún no ha comenzado a vivir. Ghandi escribió una vez: Yo digo a los hindúes que su vida será imperfecta si no estudian respetuosamente la vida de Jesús. ¿Y qué pensar entonces de los cristianos —cuántos, Dios mío— que todo lo desconocen de él, que dicen amarle, pero jamás le han conocido personalmente?

Y es una pregunta que urge contestar porque, si él es lo que dijo de sí mismo, si él es lo que dicen de él sus discípulos, ser hombre es algo muy distinto de lo que nos imaginamos, mucho más importante de lo que creemos. Porque si Dios ha sido hombre, se ha hecho hombre, gira toda la condición humana. Si, en cambio, él hubiera sido un embaucador o un loco, media humanidad estaría perdiendo la mitad de sus vidas.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


Razones para la alegría

Razones para la alegría

Me pregunto si la mañana de hoy es, precisamente, la ideal para escribir el prólogo de un libro que se titula Razones para la alegría ...
La frontera de Dios

La frontera de Dios

Amigo Editor: No me quedo tranquilo si no escribo estas líneas. Necesito decir un par de cosas, y, aunque esto no se use, usted me ...
Razones para la esperanza

Razones para la esperanza

El reportaje más sádico ¡que he leído en toda mi vida es este que publica el dominical de uno de los diarios madrileños. Bajo el ...
Vida y misterio de Jesús de Nazaret, II. El mensaje

Vida y misterio de Jesús de Nazaret, II. El mensaje

Pero ellos no entendían lo que les decía y no se atrevían a hacerle preguntas (Mc 9,32). El primer volumen de esta obra se cerraba ...
Vida y misterio de Jesús de Nazaret, III. La cruz y la gloria

Vida y misterio de Jesús de Nazaret, III. La cruz y la gloria

Jesús no fue sólo un buen maestro, ni fue únicamente un predicador de ideas revolucionarias. Empequeñeceríamos su mensaje si lo redujéramos a sus discursos, por ...
Razones Para El Amor

Razones Para El Amor

Cuando, hace ahora cuatro años, comencé esta aventura de mis «razones», nunca pude imaginar lo que para mí llegarían a significar. Es asombroso: lanzas un ...
Razones para vivir

Razones para vivir

Y van… cuatro. Cuando, hace ahora cuatro años, firmé la introducción de «Razones para el amor» me prometí a mis lectores que aquélla era la ...
Razones desde la otra orilla

Razones desde la otra orilla

Verán, veremos, sus innumerables amigos, cómo José Luis se las compondrá para seguir presente aquí abajo, entre nosotros, haciendo cosas, publicando artículos y libros. Lo ...
Carta Encíclica "SACRA VIRGINITAS"

Carta Encíclica «SACRA VIRGINITAS»

La santa virginidad en la Iglesia de Cristo La santa virginidad y la castidad perfecta, consagrada al servicio divino, se cuentan sin duda entre los ...
La Armadura Espiritual

La Armadura Espiritual

   "Me uno en oración al Corazón Inmaculado de María y a los ejércitos Celestiales para repeler toda maldad de los demonios. Hago extensiva esta ...
Los vicios de la impureza

Los vicios de la impureza

El engaño de aquellos que dicen que los pecados contra la pureza no son un gran mal   El incasto dice por tanto que los ...
El hombre eterno

El hombre eterno

En algún pasaje de su suculenta Autobiografía. Chesterton nos confiesa que su acercamiento a la Iglesia católica fue primeramente una expresión de curiosidad. La execración ...
Una lectura social del Nuevo Testamento

Una lectura social del Nuevo Testamento

Se ha repetido hasta la saciedad la frase atribuida a K. Barth de que es preciso hacer teología con la Biblia en una mano y ...
Dios, el coronavirus y nosotros

Dios, el coronavirus y nosotros

Estamos viviendo tiempos  difíciles. Tiempos de incertidumbre, de inseguridad, de temor y angustia, en todos los órdenes de la vida. Tenemos miedo porque no sabemos ...
La Penitencia

La Penitencia

DATOS BIOGRÁFICOS San Ambrosio es uno de los cuatro grandes doctores de la Iglesia Occidental, juntamente con San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio Magno ...
Con Jesús a contramano en defensa de la Vida

Con Jesús a contramano en defensa de la Vida

¿Hay algo más importante que la vida? ¿Puede un proyecto político o religioso estar por encima de la persona? En la situación actual, optar por ...
Así se Extendió el Cristianismo

Así se Extendió el Cristianismo

Treinta años no son nada. Mucho menos cuando se trata de iniciar una historia que solo encontrará su desenlace cuando el tiempo se haya sumergido ...
La amistad espiritual

La amistad espiritual

I AUTOR a) Cronología Nacido en la pequeña villa de Hexham en 1110, frecuentó en su niñez las escuelas de los prioratos de Hexham y Durham; ...
Dios y mi alma

Dios y mi alma

Después de una larga temporada (casi un año) pasada en casa de mis padres, reponiéndome de un achaque de mi enfermedad, vuelvo de nuevo a ...
El hombre que fue jueves

El hombre que fue jueves

El barrio de Saffron Park —Parque de Azafrán— se extendía al poniente de Londres, rojo y desgarrado como una nube del crepúsculo. Todo él era ...
Como un ejército: comentarios a la promesa legionaria

Como un ejército: comentarios a la promesa legionaria

Como un ejército formado en batalla. Con estas palabras, los legionarios de todo el mundo aclaman diariamente, en el rezo de la catena, a la ...
Diario de un escritor

Diario de un escritor

El lunes 26 de enero de 1881 Vera, una de las hermanas de Dostoyevski, llegó de visita a casa del escritor. En medio de la ...
La caridad evangelica

La caridad evangelica

Ofrecemos en este nuevo folleto de “Temas de meditación” una serie de esquemas teológicos en tomo a la caridad cristiana, que es la más importante ...
Los conceptos del Amor de Dios

Los conceptos del Amor de Dios

1. Viendo yo las misericordias que nuestro Señor hace con las almas que traía a estos monasterios que Su Majestad ha sido servido que se ...
El Santo de Nuestro Mundo

El Santo de Nuestro Mundo

  La mayor parte de los días del calendario llevan nombres de personalidades de la historia cristiana, a los que acompaña un carácter especial de ...
Gaudete et exsultate

Gaudete et exsultate

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA SOBRE EL LLAMADO A LA SANTIDAD EN EL MUNDO ACTUAL 1. «Alegraos y regocijaos» (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos ...
El fin del mundo y Los Misterios de La Vida Futura

El fin del mundo y Los Misterios de La Vida Futura

Querido lector, Me parece que uno de los frutos más tristes del racionalismo, el error fatal y la gran plaga de nuestro siglo, la fuente ...
Las tres meditaciones del Papa Francisco a los sacerdotes en su jubileo

Las tres meditaciones del Papa Francisco a los sacerdotes en su jubileo

¡Buenos días queridos sacerdotes! Comencemos esta jornada de retiro espiritual. Y también creo que nos hará bien orar unos por otros, los unos por los ...
Pescadores de hombres

Pescadores de hombres

Juan culmina el prólogo de su evangelio con una declaración, llamémosla testimonio de fe, que provoca y muy agradablemente nuestra sorpresa; parece como si el ...
Sabiduría de un pobre

Sabiduría de un pobre

La palabra más terrible que haya sido pronunciada contra nuestro tiempo es quizá ésta: “Hemos perdido la ingenuidad.” Decir eso no es condenar necesariamente el ...
Meditemos en los salmos

Meditemos en los salmos

Todos buscamos afanosamente ser felices. Buscamos la felicidad en todos los caminos de la vida. Por todas partes se nos dice que allí está la ...
Guía de pecadores

Guía de pecadores

Por muchas razones me moví a enviar a v.m. este libro, y particularmente por tener entendido con cuán alegre rostro Suele v.m. recibir semejantes presentes, ...
Mi lucha contra Hitler

Mi lucha contra Hitler

Dietrich von Hildebrand abandonó Alemania para siempre el 12 de marzo de 1933. Tenía cuarenta y tres años: ni siquiera la mitad de su larga ...
Diccionario Latín-Castellano

Diccionario Latín-Castellano

Quizá la lexicografía de las lenguas clásicas sea en España uno de esos huecos que no acaban de cubrirse, muchas veces por la desidia editorial, ...
La religión y el origen de la cultura occidental

La religión y el origen de la cultura occidental

Hay varias razones para alegrarse de tener este libro otra vez entre manos. Digo otra vez porque se trata de una reedición y eso quiere ...
El Credo del Pueblo de Dios

El Credo del Pueblo de Dios

1. Clausuramos con esta liturgia solemne tanto la conmemoración del XIX centenario del martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo como el año que hemos ...
El Hombre que Calculaba

El Hombre que Calculaba

Los países árabes han ejercido siempre una clara fascinación, por la diversidad de sus costumbres, de sus ritos, y nada más adentrarnos en la historia ...
El Silencio del Músico

El Silencio del Músico

Se ha comprobado desde hace mucho que una de las mas viejas enfermedades de los líderes cristianos, es robarse la escalera con la que subieron ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta