Vida Primera de San Francisco de Asís
Tomás de Celano
PRÓLOGO
En el nombre del Señor. Amén.
Deseando yo narrar con piadosa devoción ordenadamente, guiado y amaestrado siempre por la verdad, los hechos y la vida de nuestro bienaventurado padre Francisco, y no habiendo nadie que guarde memoria de todo lo que él hizo y enseñó, yo, por mandato del señor y glorioso papa Gregorio, he tratado de relatar, como mejor he podido, aunque sea con palabras desmañadas, siquiera lo que oí de su propia boca o lo que he llegado a conocer por testigos fieles y acreditados. ¡Ojalá merezca ser discípulo de quien siempre evitó expresiones enigmáticas y no supo de artificios literarios!
Lo que he podido recoger sobre el bienaventurado varón, lo divido en tres partes, subdivididas, a su vez, en varios Capítulos, con el fin de que la diversidad de los momentos en que tuvieron lugar los hechos no confundan su orden ni despierten la duda acerca de su veracidad.
Así, la primera parte sigue el orden de los hechos, y trata con preferencia de la pureza de conducta y vida, de la santidad de costumbres y de sus saludables enseñanzas 2. También se insertan algunos pocos milagros de los muchos que Dios nuestro Señor se dignó obrar por medio de él durante su vida.
En la segunda parte se narran los hechos principales sucedidos a partir del penúltimo año de su vida hasta su glorioso tránsito.
Por último, la tercera parte contiene muchos de los milagros -los más se pasan por alto- que el gloriosísimo Santo obra en la tierra ahora que reina con Cristo en el cielo. Refiere también la veneración y el honor, la alabanza y la gloria que con sum a devoción le rindieron el bendito papa Gregorio, y, con él, todos los cardenales de la Santa Romana Iglesia, inscribiéndolo en el catálogo de los santos. Demos gracias a Dios todopoderoso, que siempre se muestra admirable y amable en sus santos.
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