Diario Espiritual
Sor Isabel de la Trinidad
[1899-1900]
Lunes 30 de enero [1899]
- He tenido hoy la alegría de ofrecer a mi Jesús varios sacrificios sobre mi defecto dominante, ¡pero cuánto me han costado! En esto reconozco mi debilidad. Cuando se me hace una observación injusta, me parece como si la sangre hirviese dentro de mis venas; todo mi ser se rebela. Pero Jesús estaba conmigo. Sentía su voz en el fondo de mi corazón y entonces me sentía dispuesta a sobrellevarlo todo por su amor…
Purificación [2 de febrero de 1899]
- En cada fiesta de María renuevo mi consagración a esta buena Madre. Hoy, por tanto, me he consagrado a ella y una vez más me he arrojado en sus brazos. Con la más entera confianza le he encomendado mi porvenir, mi vocación. ¡Oh!, puesto que Jesús no quiere todavía nada de mí, que se cumpla su voluntad, pero que yo [me] santifique en el mundo. Que el mundo no, me impida ir a El; que las futilidades de la tierra no me entretengan, que no me apegue a ellas. Soy la esposa de Jesús. Estamos tan íntimamente unidos… Nada será capaz de separarnos. ¡Oh! Que me muestre siempre digna de mi Esposo amado, que no eche a perder todas las gracias que me ha concedido y tenga la felicidad de demostrarle mi amor.
- Al fin de la Cuaresma vamos a tener una gran Misión. Ya estoy rezando por el éxito. ¡Ah, cuánto deseo llevar almas a mi Jesús! Daría mi vida por la salvación de una sola de esas almas a quienes Jesús tanto ha amado. ¡Ah! Quisiera darle a conocer y hacerle amar por todos los hombres. Soy tan feliz por pertenecerle. Quisiera que el mundo entero se colocara bajo su yugo tan suave y su carga tan ligera.
Lunes 6 de febrero [1899]
- Desde hace tres días he podido ayunar por la mañana sin que mi mamá lo sospeche. ¡Oh! Qué contenta estoy de poder [ofrecer] esta pequeña mortificación a mi amado Jesús. Cada noche, siguiendo el consejo del P. Chesnay en los Ejercicios, anoto en un cuadernillo las victorias y las derrotas. De este modo podré constatar si verdaderamente adelanto o no en el camino de la perfección.
- El viernes, sábado y domingo tendrán lugar los cultos de la Adoración perpetua en nuestra parroquia. Me alegro de ir a las Completas cada tarde a las ocho, de poder recibir a mi Jesús los tres días seguidos, ir a rezarle al pie del altar y hablar con El en un dulce diálogo…
Predicará los sermones mi antiguo confesor. Me gustaría verle y hablarle de mi vocación. ¡Ah! Cuántas veces he echado de menos su dirección enérgica y exigente. El señor Párroco es excelente, incluso demasiado bueno. Le falta severidad, me deja caminar demasiado dulcemente. El otro día dije a mamá que quería dejarlo y dirigirme con el Padre Chesnay, el predicador de los Ejercicios, pero a mamá no le ha gustado y en adelante no hablaré más de ello.

Más de este autor/tema

Teresa Neumann
Ver Libro

San Antonio María Claret (Ilustrado)
Ver Libro

Vida de San Agustín (Ilustrado)
Ver Libro

San Antonio Abad y San Pablo Ermitaño (Ilustrado)
Ver Libro

San Alejo (Ilustrado)
Ver Libro

Anécdotas de una vida apostólica
Ver Libro

Ronald Knox
Ver Libro

San Isidro Labrador (Ilustrado)
Ver Libro

¿Cómo murieron los apóstoles?
Ver Libro

San José de Calasanz
Ver Libro

Santa Gema Galgani
Ver Libro

Santa Rosa de Lima alegría de Dios
Ver Libro

Vida del Padre Pío
Ver Libro

Autobiografía de Santa Margarita María de Alacoque
Ver Libro

Mi Vida Recuerdos 1927 – 1977
Ver Libro

Todo comenzó en Galilea
Ver Libro

El Padre Pío
Ver Libro

Corrupción y pecado
Ver Libro

El padre Pío y la oración de quietud
Ver Libro

Más fuertes que el mal
Ver Libro

Verdades de la fe católica
Ver Libro

Custodia el Corazón
Ver Libro

9 Ideas para conocer y amar al Espíritu Santo
Ver Libro

Milagros Vivientes
Ver Libro

El Hermano de Asís
Ver Libro

Nican Mopohua, Relato de las apariciones de Santa María de Guadalupe
Ver Libro

¡Llena de Gracia!
Ver Libro

Cristo Rey
Ver Libro

Al pie de La Cruz o Los Dolores María
Ver Libro

El Hombre que sabía demasiado
Ver Libro

San Alfonso María de Ligorio (Ilustrado)
Ver Libro

365 días con Juan Pablo II
Ver Libro

El Papa Bueno Juan XXIII
Ver Libro

¿Padeció bajo Poncio Pilato?
Ver Libro

Amo, luego existo
Ver Libro

Al encuentro con Jesús
Ver Libro

La escuela de vida de Jesús
Ver Libro

Id y Evangelizad a Los Bautizados
Ver Libro

El Amor que hizo el sol y las estrellas
Ver Libro

Defensa del cristianismo
Ver Libro

Donum Veritatis
Ver Libro

Cyclvs Apocalypticvs
Ver Libro

Santa Catalina de Siena
Ver Libro

Viaje del papa Francisco a la isla de Lesbos (Grecia)
Ver Libro
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!