La santa madre

José Manuel Andrada Martín

CAPÍTULO I

Descorrió la cortina con cuidado y miró hacia la calle. Solitaria, húmeda, la poca luz de la tarde se reflejaba en los adoquines mojados con languidez, como si estuviera deseando desaparecer para dar paso a la noche, como si se avergonzara de iluminar a la ciudad triste, adormecida, anodina.

Isabel suspiró procurando alejar de su ánimo aquellas sensaciones pesimistas y tristes. Al fin y al cabo, se dijo, había sido ella la que decidió seguir a Carlos, su marido a aquella capital de provincias alejada de todo lo que representaba su vida en Madrid. Tenía que reconocer que Carlos le había insistido en que se quedara en la capital del Reino. Le había advertido de que en Badajoz no podría encontrar aquello a lo que estaba acostumbrada en la Corte, de que en aquella pequeña capital de provincias la vida sería muy distinta a la que ella había acostumbrado a llevar. Pero Isabel había sonreído condescendiente, aunque temiendo ofender a su marido, si es que eso hubiera sido posible. Desde su matrimonio su vida había cambiado completamente. Estaba acostumbrada a asistir a recepciones y fiestas, a asistir a los salones que cada vez con más frecuencia se abrían en la Corte, siguiendo la moda de Francia y no solía faltar a las representaciones de ópera que, con menos frecuencia de la que ella hubiera deseado, se realizaban en Madrid. Todo desapareció cuando conoció a Carlos. Funcionario del Estado, su novio procedía de una familia bien asentada, pero humilde. Su padre había conseguido una posición desahogada con una tienda de tejidos e indianas en Valladolid y había procurado dar a sus hijos la educación que él nunca pudo tener. A pesar de ser un hombre instruido y liberal era completamente autodidacta y consideraba que la educación era un pilar fundamental en el individuo y la sociedad. Así, procuró que Carlos tuviera la mejor formación que él pudo proporcionarle e hizo que estudiara en los mejores colegios que pudo pagar. Los gustos del joven pronto se decantaron por la administración pública y al fin consiguió formar parte del grupo de funcionarios del estado; lo cual lo llevó a Madrid y a conocer a Isabel.

Quedó deslumbrado por su belleza, su cultura y su sensatez, que la alejaban de la superficialidad que solía ser frecuente entre las gentes de su clase. Porque Isabel pertenecía a la nobleza, pequeña nobleza, pero de una familia imbuida plenamente de la importancia de su posición. Su padre no ostentaba título alguno, empero no por ello dejaba de hacer valor su estatus nobiliario en la sociedad que frecuentaba. Con una fortuna apreciable cuya procedencia desmentía sus pretendidos altos orígenes – se había forjado en el comercio con América que sus antepasados habían venido realizando, siempre por persona interpuesta, para no manchar su condición nobiliaria-, en los tiempos en que Isabel se hizo mujer y conoció a Carlos, su familia se había convertido en rentista y asumía así la forma de vida que más convenía a su posición nobiliaria.

Carlos nunca pudo entender como aquella mujer pudo haber puesto sus ojos en un simple funcionario hijo de un comerciante. Pero bien fuera la providencia, el destino o los hados, la realidad es que Isabel se había enamorado de él y desde luego se entregó a su felicidad sin cuestionarse lo adecuado o conveniente de aquella relación. Bien era verdad que en un principio temió que las convenciones sociales y la familia de Isabel dieran al traste con aquel noviazgo; pero sus miedos fueron disipándose a medida que conocía mejor a su novia, su carácter y determinación.

Tampoco su familia vio con buenos ojos sus relaciones con Isabel. Sobre todo por lo que hacía a su madre las reticencias fueron considerables. Temía doña María que la familia de la novia pudiera hacer sufrir a su hijo a causa de su posición social. Carlos era un joven de buena posición y mejor familia, pero no pertenecía a la nobleza, ni aún a la hidalguía tan frecuente en España. Y bien era verdad que su situación económica era considerablemente mejor que la de tantos nobles que vivían – como a ella le gustaba decir- con mucho “don” pero con ningún “din”. Sin embargo, ella conocía bien la altanería de estas familias nobiliarias, tanto más cuanto que la de Isabel unía a su nobleza, no poca riqueza. Su esposo asentía a lo que decretaba su mujer y hubiera asentido a lo contrario si menester hubiera. De manera que Carlos se aplicó con todas sus fuerzas a vencer las resistencias de su madre, sabedor de que, vencidas, lo estarían las de toda su familia.

Al fin doña María condescendió, no tanto por convencimiento, sino por conocer a Isabel. La determinación, carácter y fuerza de voluntad de su nuera la obligaron a admitir que sería ciertamente muy difícil oponerse a su voluntad; y estaba claro que su hijo estaba perdidamente enamorado de ella. Llegó un punto en que prefirió pasar por un matrimonio que no la convencía a correr el riesgo de perder a su hijo.

Se casaron sin haber pasado más que un año de noviazgo, lo cual levantó rumores, “dimes y diretes” y no pocas habladurías de la buena sociedad madrileña y también de la vallisoletana; lo cual no dejó de poner nervioso a Carlos, pero pareció ser absolutamente indiferente a Isabel. Al fin fue la seguridad que mostraba ésta la que se impuso y los novios se casaron haciendo gala de una felicidad que mucha gente no pudo entender dada la diferencia de posición social de la pareja.

Al cabo de dos años tuvieron a su hijo, Carlos, lo cual llenó de felicidad y satisfacción a los padres y, aunque no lo hubieran confesado nunca, también a los abuelos. Después vino el traslado de Carlos a Badajoz, trámite obligado para acceder a un ascenso bien ganado, pero que lo llenó de inquietud por su esposa.

Temía que la vida en una pequeña capital de provincias pudiera afectar a su ánimo, pues si bien era verdad que Isabel había insistido en acompañarlo, y que desde que se habían casado no mostraba mayor interés en la vida social que había mantenido hasta entonces, las diferencias entre la Corte y Badajoz podrían afectarla. Estos temores se hubieran diluido de haber sabido Carlos el alivio con que su esposa recibió la noticia de su traslado fuera de Madrid, ciudad que la agobiaba por sus convencionalismos sociales y la permanente exigencia de estar haciendo lo correcto según los dictámenes de su familia, sus amigos, los vecinos… No esperaba que Badajoz fuera diferente en esto, pero al fin allí era una desconocida y sus costumbres podrían pasar, al menos por un tiempo, como las extravagancias de una mujer moderna criada en los ambientes de la Villa y Corte.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


Amor Humano

Amor Humano

"El hombre y la mujer están hechos ‘el uno para el otro’: no que Dios los haya hecho ‘a medias’ e ‘incompletos’; los ha creado ...
La educación en familia

La educación en familia

 Sobre Educación y familia: a modo de preámbulo Hace más de cuatro años surgió la idea de preparar algunos artículos en torno a la ...
El cuarto secreto de Fátima

El cuarto secreto de Fátima

UN SORPRENDENTE DESCUBRIMIENTO El 13 de febrero de 2005, en el Carmelo de Coímbra, muere, a la edad de noventa y ocho años, sor Lucía ...
El Espíritu Santo

El Espíritu Santo

Estamos en un nuevo milenio. El Papa san Juan Pablo II lo ha nombrado el milenio del laico. Varios obispos lo resuenan con sus propias ...
Amor y perdón San Juan Bautista María Vianney

Amor y perdón San Juan Bautista María Vianney

Quien siga la lectura de estas homilías que el Santo Cura de Ars predicaba a sus rústicos feligreses, se verá arrastrado a tomar en serio ...
Rosa Mística

Rosa Mística

La Palabra eterna decretó descender a la tierra y no lo hizo sólo a medias, sino que lo hizo para ser un hombre como todos ...
Santa Hildegarda y su visión del anticristo

Santa Hildegarda y su visión del anticristo

El estudio de los textos de Santa Hildegarde (monja benedictina y mística del siglo XII) es inexistente de nuestro medio. Esos textos son además desconocidos, ...
Sagrada Biblia

Sagrada Biblia

Publicada en 1976. La Biblia de Jerusalén es una obra de grandes méritos en el ambiente católico, ya que esta obra es el resultado de haberse ...
Carta encíclica Pacem in Terris

Carta encíclica Pacem in Terris

 La paz en la tierra, suprema aspiración de toda la humanidad a través de la historia, es indudable que no puede establecerse ni consolidarse si ...
Relato de un exorcismo

Relato de un exorcismo

El extraño caso que aquí se cuenta, resulta extraño incluso para mí mismo. Y si me fue resultando menos extraño fue porque se fue desplegando ...
¿La ciencia contra la fe?

¿La ciencia contra la fe?

En este libro deseo manifestar con toda claridad que no hay oposición entre la ciencia y la fe. Ambas son obra de Dios y, por ...
La Divina Comedia

La Divina Comedia

A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado. ¡Cuán dura cosa es decir cuál era ...
365 días con Pablo VI

365 días con Pablo VI

Juan Bautista Montini era hijo de Giorgio Montini y de Giuditta Alghisi, catorce años más joven que su marido. Hija única y huérfana desde muy ...
El Purgatorio

El Purgatorio

Cuando se habla del Purgatorio, no es raro presentarlo como un inexorable y poco menos que despiadado acto de la Divina Justicia. Ciertamente el Purgatorio ...
Aprender a madurar

Aprender a madurar

Desde que nace, el ser humano —varón o hembra— se enfrenta al reto de madurar como persona. Primero, como es lógico, en lo físico; después, ...
Virtudes. Experiencias humanas y cristianas

Virtudes. Experiencias humanas y cristianas

¿Se puede mejorar? ¿Se puede ser mejor, es decir, mejor persona? Es una buena pregunta. Y ¿Quién se atrevería a responder que no, que él ...
Compendio de Teología

Compendio de Teología

El Verbo del Padre Eterno, comprendiendo en su inmensidad toda las cosas, quiso reducirse a nuestra humilde pequeñez sin despojarse de su majestad, para levantar ...
Enseñanzas del papa Francisco

Enseñanzas del papa Francisco

Desde que fue elegido, el 13 de Marzo de 2013, el Santo Padre Francisco ha pronunciado cientos de Homilías, en diversas celebraciones litúrgicas, como las ...
En la escuela del Espíritu Santo

En la escuela del Espíritu Santo

«¡Oh, Jesús mío, qué fácil es santificarse! ¡Solamente hace falta un poquito de buena voluntad! Y si Jesús descubre ese mínimo de buena voluntad en ...
Ensayos del Cardenal Karol Wojtyla

Ensayos del Cardenal Karol Wojtyla

Presentación a la Conferencia Internacional conmemorativa del séptimo centenario de la muerte de Santo Tomás de Aquino, Roma-Nápoles, 17 al 24 de Abril de 1974 ...
Mi carrera con el diablo: Del odio racial al amor racional

Mi carrera con el diablo: Del odio racial al amor racional

AQUEL fue el día más negro de mi vida. Me encontraba sentado en una celda de la prisión londinense de Wormwood Scrubs, el segundo día ...
Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima

Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima

He aquí la fuente de todo bien, Jesús en el Santísimo Sacramento, el cual nos dice: Quien tenga sed, venga a mí. ¡Oh, cuán abundante ...
Vida de San Agustín (Ilustrado)

Vida de San Agustín (Ilustrado)

Sí, yo soy Agustín de Hipona. Me llaman así porque fui obispo de la ciudad de Hipona, al norte de África, que formaba entonces parte ...
Los conceptos del Amor de Dios

Los conceptos del Amor de Dios

1. Viendo yo las misericordias que nuestro Señor hace con las almas que traía a estos monasterios que Su Majestad ha sido servido que se ...
Contrato del hombre con Dios mediante el bautismo

Contrato del hombre con Dios mediante el bautismo

A la Congregación de la Iglesia Santa Brígida, Falls of Schnylkill: Mientras nuestro prójimo últimamente ha sido el teatro de una enojosa controversia por el ...
El Pobre de Nazaret

El Pobre de Nazaret

HABÍAN transcurrido aproximadamente dos jornadas desde que salieron de Nazaret. La primavera había estallado silenciosamente, y el valle de Esdrelón era una alfombra verde y ...
La vida de Carlos de Foucauld

La vida de Carlos de Foucauld

El 1 de diciembre de 1993, exactamente setenta y siete años después de la muerte de Carlos de Foucauld, en el mismo país, Argelia, Christian ...
Entre el brocal y la fragua

Entre el brocal y la fragua

Cuando chico, muchas veces me tocó ir y venir del pozo al eucalipto, y de éste al pozo, montado en un petizo que, a lazo ...
La Continencia

La Continencia

1. Difícil tarea es analizar esa virtud que llamamos continencia en una forma de dignidad y conveniencia. Pero Aquel de quien es don generoso tal ...
El símbolo del camino

El símbolo del camino

El camino es una imagen frecuentísima para expresar la relación del hombre con Dios. Se encuentra en las tradiciones orientales y en las religiones monoteístas ...
El Rosal de Nuestra Señora

El Rosal de Nuestra Señora

Con la aparición de “El Rosal de Nuestra Señora del R.P. Leonardo Castellani, EDICIONES EPHETA da el primer paso de su itinerario en compañía del ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta