José María Rodríguez Olaizola, SJ

Introducción

¿Por qué seguir en la Iglesia? Quizás tú, como yo, sientes a veces confusión por todo lo que te descoloca de una institución que, supuestamente, debería ser portadora de una buena noticia, acogedora, espacio de amor y de justicia, pero no siempre lo es. Por supuesto que hay espacios, momentos y personas que con su testimonio y su entrega hacen muy real el Evangelio. Pero también hemos de reconocer que hay muchos motivos para el desaliento y el desafecto. Hay temas en los que no terminas de estar de acuerdo. Hay personas que, cuando oyes cómo hablan, te parece imposible que creáis en el mismo Dios, y, sin embargo, vais en esta misma barca. A veces te desesperan los pastores, algunos porque callan cuando esperarías que se pronunciaran y otros porque, cuando hablan de ciertos modos, desearías que estuvieran callados. Hay aspectos de la doctrina que te chirrían tanto que tienes que buscar bien cómo pueden encajar. Y a veces no lo consigues. No te seduce tampoco la idea de mirar para otro lado en lo que no te convence, como si no existiese. Crisis como la actual de los abusos a menores y su encubrimiento te hacen estremecerte, pensando si esta institución no habrá perdido definitivamente el rumbo. Ves gente maravillosa en la Iglesia y fuera de ella. Pero también ves mucha racanería, en la Iglesia y fuera de ella. Así que no es que estar en la Iglesia sea garantía de ninguna calidad. Entonces ¿por qué seguir? ¿Por qué no abandonar este barco? Y ¿por qué no elegir un camino menos convencional, donde no tengas que lidiar con una institución que es tan enorme y tan lenta en sus tiempos que parece imposible que algo cambie?

Hace ya casi quince años estaba comenzando el pontificado de Benedicto XVI. Y yo, con apenas unos años de sacerdocio a las espaldas, peleaba interiormente con estas preguntas u otras parecidas, con las contradicciones que percibía entre lo que intuía, la Iglesia que soñaba, la comprensión del Evangelio y el mundo en el que me tocaba vivir. Me preguntaba entonces cómo conciliar todas esas cuestiones siendo, al tiempo, fiel, coherente y libre. Me preguntaba también cómo podía ser sacerdote, ser leal y al tiempo mantener la rebeldía contra aquello que no compartía. Y me pregunté por qué seguir. Para poder responder, comencé a elaborar un mapa de la realidad eclesial que conocía. Esperaba que ello me sirviera para intentar ver, después, dónde y cómo ubicarme en medio de esa realidad. Intentaba poner nombre a tendencias, dinámicas, maneras de vivir, de creer, de celebrar, y también a las dificultades que afrontaba ante todo eso.

El mapa se convirtió en la «tierra de nadie», en la que expresaba las incertidumbres, las tensiones que muchos vivíamos, los conflictos –internos y externos– que percibía en mí y en otros, y algunas contradicciones que necesitaba aprender a afrontar.

Aquellas notas nacieron como algo personal, con la intención de aclararme yo mismo. Pero poco a poco fueron tomando forma, hasta convertirse en un libro breve[1] . En ese proceso descubrí dos cosas.

Por una parte, mientras la reflexión iba adelante, me daba cuenta de que muchas de las dinámicas que yo describía en algunos ámbitos de la Iglesia –poca formación, polarización, beligerancia, falta de empatía, intolerancia– no eran patrimonio del mundo religioso, sino que se daban de igual manera en otros espacios sociales, ya fuera en el mundo de la política, del deporte, de la cultura, de la televisión… Muchas actitudes parecían repetirse en todas las esferas de la vida.

El segundo descubrimiento llegó cuando aquella reflexión se publicó. En tierra de nadie era mi primer libro. No tenía idea ni expectativas claras sobre cómo podía ser acogido, o si alguien lo leería. Sin embargo, desde muy pronto, empecé a recibir ecos de muchas personas que señalaban que se reconocían en esa misma confusión que yo describía. Entonces comprendí que la tierra de nadie es en realidad la tierra de muchos. Muchos hombres y mujeres que tienen que pelear por encontrar su lugar en el mundo y en la Iglesia. Muchos que se sienten inquietos, que buscan respuestas y no se conforman con darlo todo por sabido, zanjado y resuelto en formulaciones que quizás bastaron para otra época, pero ahora no sirven. Muchos que tienen hambre y sed de encuentro, pero no de cualquier modo.

Hoy han pasado casi 15 años desde aquella primera zambullida en la tierra de tantos. Benedicto XVI dio paso a Francisco. El papa teólogo fue sucedido por un papa que insistía más en una dimensión pastoral. No pretendo, con esta afirmación, separar ambos campos (la teología y la pastoral) como compartimentos estancos, pues también Benedicto fue pastor, así como Francisco es teólogo. Pero en cada pontificado hay distintos acentos. Y el papa argentino desde el principio mostró una disposición enorme al diálogo con las situaciones más conflictivas, insistiendo en que hay aproximaciones para las que no basta la norma. Esto le granjeó, por igual, adhesiones y reproches.

Con el paso de los años se ha ido produciendo una polarización en torno a su figura. Pero lo cierto es que ha abierto diálogos –y debates– sobre algunas de las cuestiones que estaban apuntadas en tierra de nadie: el papel de la mujer en la Iglesia, las situaciones irregulares, la acogida –o falta de ella– de las personas homosexuales, o la necesidad de escuchar la voz de los jóvenes.

Los sucesivos sínodos –sobre la familia y los jóvenes– han servido al menos para poner el foco en algunas de estas cuestiones, y han permitido escuchar a líderes eclesiales hablando sobre asuntos que necesitan nuevas respuestas. Hoy en día es posible encontrarnos titulares en los que tal o cual obispo o cardenal se pronuncia sobre cuestiones referidas a familias, jóvenes, sexualidad, ministerio u otros asuntos, de maneras y con enfoques que antes no se oían. Inmediatamente se genera ruido, y desgraciadamente también una serie de apoyos y ataques que tienen más de hooliganismo que de búsqueda conjunta de la verdad. Pero al menos algo se está removiendo.

Otro cambio significativo ha sido, en este caso, externo. Cuando surgió En tierra de nadie todavía no había redes sociales. No habíamos oído hablar de espacios como Facebook o Twitter, ni imaginábamos las dinámicas que dichas redes sociales iban a generar. Si las tensiones que estaban descritas en esa tierra compleja de la Iglesia nacían de la cantidad de personas que no se sentían identificadas con los extremos, hoy en día el extremismo o la polarización –en todos los ámbitos– parecen ganar adeptos. Los defensores del pensamiento sin fisuras enarbolan certidumbres y las utilizan a menudo para zarandear a quien piensa de manera diferente. Se suele atacar a quien se queda en las tierras de nadie, acusándolo de relativismo, de tibieza, de buenismo, de falta de convicciones, de poca contundencia… Sin embargo, estas mismas redes permiten que se expresen personas que antes estaban en silencio, también desde las tierras de nadie. Es una situación paradójica, en la que tanto la moderación como el extremismo resultan más fáciles de percibir. Por una parte, hay más visibilidad –y quizá más reflexión– para situaciones que antes estaban silenciadas. Por otra, hay más dureza en muchos juicios. Y para complicar las cosas, hay un punto de anonimato que a menudo enturbia el panorama. Detrás de un perfil virtual puede estar alguien con una formación vasta y sólida, un ignorante con buena pluma o un energúmeno con más palabras que ideas. Y a veces no hay modo de distinguir, porque la propia inmediatez y brevedad no permiten excesivos matices y favorecen las afirmaciones tajantes.

Junto a todo esto, durante la última década la crisis de los abusos –que no es de ahora, pero que ahora salta al primer plano en buena parte del mundo– ha estallado con una virulencia quizás imprevista, pero, al fin y al cabo, necesaria. Y está llevando a reflexionar no únicamente sobre los abusos sino también sobre la estructura que permitió su extensión y su encubrimiento. Temas como el clericalismo, la falta de transparencia, la formación insuficiente de los candidatos al sacerdocio o la gestión del poder requieren un examen serio y tomar medidas para cambiar algunas dinámicas perniciosas que están en el trasfondo de los abusos.

Este no es un libro sobre eclesiología. No es teología de la Iglesia, aunque detrás puedan estar enfoques donde se apunta a la horizontalidad o a la verticalidad (y a las teologías que llevan detrás). Es una reflexión sobre nosotros, creyentes que intentamos vivir nuestra pertenencia con honestidad, fidelidad y realismo. Que no queremos ir por libre, pero necesitamos respuestas a problemas que aún no están claros. Es un libro sobre nuestras luchas y nuestros desvelos, sobre el deseo de acertar. Sobre algunas preocupaciones compartidas –quizás– con muchos.

¿Por qué volver sobre esta cuestión ahora? Este regreso a la tierra de nadie no es volver a los mismos terrenos con una mirada nostálgica, para ver si las cosas siguen más o menos igual. Es tratar de hacer el mismo ejercicio que hice entonces, pero de hacerlo ahora: una descripción con un punto existencial. Un recorrido que quiere al mismo tiempo analizar e interpretar. Una mirada subjetiva, pero que quizás puede ser compartida por otros. Ha cambiado el mundo. Ha cambiado la Iglesia. Y también he cambiado yo. Ahora no soy un joven sacerdote apenas ordenado, con una mezcla de inquietud y deseo de poner palabras a cosas que entonces empezaba a formular.

Ahora, tras casi dos décadas como sacerdote, y habiendo acompañado a infinidad de personas, procesos e historias, creo que puedo hablar con un poco más de experiencia –y quizás por eso mismo arriesgarme a ser en algunas cuestiones más claro–.

Tal vez este no sea el viaje definitivo. ¿Es posible que dentro de diez, quince o veinte años, aún vuelva a iniciar el trayecto, para ver dónde estamos entonces? No lo sé. Pero ahora toca intentar hacer una radiografía del presente, compartiendo la búsqueda, los anhelos, las perplejidades, los desasosiegos y las esperanzas que esta Iglesia suscita en quienes, dentro de ella, seguimos queriendo amar, a la manera de Quien nos amó primero.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


Peregrinar por fuera y por dentro

Peregrinar por fuera y por dentro

Tienes entre tus manos una propuesta para acompañarte en el camino que quizás estás comenzando. Es un itinerario, y al tiempo son muchos, como muchos ...
En tierra de nadie

En tierra de nadie

Tengo 35 años cuando empiezo a escribir estas páginas. Esta mañana, mientras corría por las ruinas del Circo Máximo en Roma, escuchando música estridente y ...
Ignacio de Loyola, nunca solo

Ignacio de Loyola, nunca solo

¿Un nuevo libro sobre Ignacio de Loyola? ¿Otra semblanza? ¿Pero no está ya todo dicho sobre el fundador de los jesuitas? ¿Otra vuelta de tuerca, ...
Bailar con la soledad

Bailar con la soledad

Una de las experiencias más universales y más humanas que podemos tener es la soledad. Es una peculiar compañera de camino. Un sentimiento complejo, que ...
Liberalismo y apostasía

Liberalismo y apostasía

El solo término «liberalismo» arrastra consigo una equivocidad y una confusión semántica cada vez mayor, aunque ésta no haya logrado borrar del todo un sentido ...
La Virgen María

La Virgen María

El renombrado filósofo americano EMERSON consigna un episodio interesante de un viaje que hizo en autobús. Un día bochornoso de verano subió cansado y sin ...
Magisterio de S.S. Pio XII Venerable

Magisterio de S.S. Pio XII Venerable

Biografía    Eugenio María Giovanni Pacelli nació en Roma el 2 de marzo de 1876. Hijo de una familia dedicada al servicio papal, tuvo como ...
Escritos completos de Santa Clara de Asís

Escritos completos de Santa Clara de Asís

El Señor os bendiga y os guarde. Os muestre su faz y tenga misericordia de vosotras. Vuelva su rostro a vosotras y os dé la ...
Santas Ánimas del Purgatorio

Santas Ánimas del Purgatorio

Nota preliminar En 260 páginas, el devoto lector podrá encontrar en letra grande de 12 puntos, una corona de los difuntos, 30 oraciones —una para ...
San Pablo en sus cartas

San Pablo en sus cartas

En la editorial Fe Católica, bajo la dirección del P. Sánchez de León, SJ, y con la colaboración de un pequeño grupo de sacerdotes jóvenes ...
Los Diez Mandamientos

Los Diez Mandamientos

  1. TRES cosas le son necesarias al hombre para su salvación: el conocimiento de lo que debe creer, el conocimiento de lo que debe ...
Teología para todos

Teología para todos

¿Necesita realmente el católico medio —hombre corriente llamado inequívocamente a la santidad, según aquel precepto del Señor: Sed perfectos...— conocer todo lo que Dios ha ...
Los trastornos de la personalidad como causa de nulidad matrimonial

Los trastornos de la personalidad como causa de nulidad matrimonial

¿Qué es la personalidad?. Cuando hablamos de trastornos de la personalidad nos referimos a aquellos casos en los que esta se ha ido desarrollando de ...
La gratitud

La gratitud

Tratándose de Dietrich von Hildebrand, es necesario partir para conocerlo de algunas de sus noticias biográficas. Imprescindible el dato de su procedencia: una familia de ...
Don y Misterio

Don y Misterio

Permanece vivo en mi recuerdo el encuentro gozoso que, por iniciativa de la Congregación para el Clero, tuvo lugar en el Vaticano en el otoño ...
Creer, Amar, y Esperar, de la mano del Papa Francisco (PDF)

Creer, Amar, y Esperar, de la mano del Papa Francisco (PDF)

La voz del Papa Francisco resuena en la Iglesia y en el mundo, como una voz profética que anuncia con vigor y valentía, a tiempo ...
Santo Rosario de Josemaría Escrivá de Balaguer

Santo Rosario de Josemaría Escrivá de Balaguer

Como en otros días - Lepanto!-, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer a los enemigos de la Santa Iglesia Romana y ...
Los Siete Dolores de María

Los Siete Dolores de María

PRESENTACIÓN La devoción de los Siete Dolores de María, es hermana del Rosario y del Vía crucis, y tiene como ellos una larga tradición en ...
Breve introducción a la fe

Breve introducción a la fe

Esta “breve introducción” tiene la finalidad de presentar la fe de los cristianos de un modo sencillo y esencial a creyentes y no creyentes. Las ...
¡Ay de aquél por quien viniere el escándalo!

¡Ay de aquél por quien viniere el escándalo!

Un día un doctor de la ley, se acercó a-Jesús y le dijo: «Maestro: ¿cuál es el mayor mandamiento de la ley?» Respondió Jesús: «Amarás ...
La Santísima Eucaristía combatida por el Satanismo

La Santísima Eucaristía combatida por el Satanismo

«Entonces se entabló una batalla en el cielo» (Ap 12,7) La lucha entre los ángeles Es verdad católica que: «Entonces se entabló una batalla en ...
Sobre la música

Sobre la música

1. San Agustín y las «disciplinas» Por el mismo tiempo en que estuve en Milán, dispuesto a recibir el bautismo, hice también el intento de ...
Cuando la Iglesia era joven

Cuando la Iglesia era joven

Cuando una estrella nueva apareció en Belén, la pequeña y soñolienta aldea era territorio ocupado. Sesenta años atrás, un ejército extranjero atravesó la región reclamando ...
La oración en la catequesis de Benedicto XVI

La oración en la catequesis de Benedicto XVI

Hoy quiero comenzar una nueva serie de catequesis. Después de las catequesis sobre los Padres de la Iglesia, sobre los grandes teólogos de la Edad ...
Meditaciones sobre la oración

Meditaciones sobre la oración

He cumplido 82 años de vida y la enfermedad de Parkinson, así como los achaques de la edad, me lo recuerdan. Por lo que se ...
365 días con San Agustín de Hipona

365 días con San Agustín de Hipona

Agustín nació el 13 de noviembre del 354 en Tagaste (Numidia) actual ciudad argelina de Souk-Ahras. Todo el norte de África estaba dividido en dos ...
Las Glorias de María

Las Glorias de María

Amado Redentor y Señor mío Jesucristo, yo indigno siervo tuyo, sabiendo el placer que te proporciona quien trata de glorificar a tu Madre santísima, a ...
Fundamentos y práctica de la Vida Mariana

Fundamentos y práctica de la Vida Mariana

Desde hace casi veinte años escribimos en cada número de nuestra modesta revista «Mediadora y Reina» un artículo sobre la vida mariana, tal como la ...
Advertencia sobre la índole humana y la Vida Buena

Advertencia sobre la índole humana y la Vida Buena

Antonio el Grande, conocido también como "Antonio el Ermitaño" o "San Antonio de Egipto," vivió entre los años 250 y 356, aproximadamente. De familia cristiana, ...
Relatos de Gilbert Keith Chesterton

Relatos de Gilbert Keith Chesterton

El padre Brown no se sentía con ánimo aventurero. Recientemente había enfermado por exceso de trabajo y cuando empezó a recuperarse, su amigo Flambeau lo ...
Los orígenes históricos del cristianismo

Los orígenes históricos del cristianismo

Desde el año 1994 existe en la Universidad Complutense una Cátedra de Teología gracias al acuerdo firmado entre el Rectorado de dicha universidad y el ...
El Amor más Grande

El Amor más Grande

  Ama para orar. Siente la necesidad de orar con frecuencia durante el día. La oración agranda el corazón hasta que éste es capaz de ...
El Poder de la Oración

El Poder de la Oración

Hace algunos años descubrí que necesitaba orar. No tenía idea de cómo ofrecer a Dios una oración que le agradara. No deseaba ofrecerle una oración ...
¡A la horca!

¡A la horca!

Apunte biográfico de Robert Hugh Benson R. H. Benson (1871-1914) fue el último de los seis hijos de Mary Sidgwick y de Edward White Benson, ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta