Creer con el corazón
Matilde Eugenia Pérez Tamayo
PRESENTACIÓN
Lo mismo que la vida física, la vida cristiana tiene que crecer, profundizarse y dar fruto abundante. Y esto no se logra sino cuando los cristianos tomamos conciencia clara de lo que somos, y de a qué estamos llamados como miembros de la sociedad y del mundo.
Esta toma de conciencia, es, sin duda, como todo en la vida espiritual, un don que Dios nos regala por medio de su Espíritu Santo, Espíritu de Jesús resucitado. Un don que nosotros tenemos que pedirle y también, saber acoger con amor y diligencia, y ponerlo a funcionar.
Ser cristiano, seguidor de Jesús, ha sido, a lo largo de la historia, y lo será siempre, un gran reto, no sólo por lo que ello significa y exige como tarea de vida, sino también, por todo aquello que debemos enfrentar y rechazar – siempre con respeto pero además con fortaleza y decisión -, como contrario al Mensaje de amor y de perdón, de verdad y de vida, de justicia, de libertad y de paz, que el Señor nos comunicó con su vida y su palabra. En el mundo de hoy, en la sociedad de hoy, esta realidad puede verse y sentirse con toda claridad.
Ser cristiano católico en el siglo XXI, es, sin duda, una gracia de Dios, un regalo de su amor infinito, pero también, y por diversas circunstancias – sobre todo en algunos lugares y en determinados ambientes -, una verdadera osadía, e implica además, grandes riesgos que tenemos que saber asumir y enfrentar con valentía.
Por esta razón, precisamente, tenemos que hacernos cada vez más conscientes de lo que somos y lo que tenemos, y trabajar sin descanso para fortalecernos en nuestra vivencia cotidiana de la fe cristiana, de tal manera, que las nuevas tendencias y costumbres de la sociedad, no nos alejen de nuestro gran objetivo: vivir como Jesús nos enseñó, hacer realidad en nuestra vida de cada día la Buena Noticia del amor de Dios que él vino a comunicarnos, la salvación a la que estamos llamados todos los hombres y mujeres del mundo y de la historia.
Las reflexiones que vienen a continuación tiene como objetivo primario, ser una ayuda clara y concreta, en esta tarea ineludible e inaplazable para todos y cada uno de nosotros.

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