La esfera y la cruz

G. K. Chesterton

I. Discusión un poco en el aire

  La nave voladora del profesor Lucifer silbaba atravesando las nubes como dardo de plata; su quilla, de límpido acero, fulgía en la oquedad azul oscuro de la tarde. Que la nave se hallaba a gran altura sobre la tierra es poco decir; a sus dos ocupantes les parecía estar a gran altura sobre las estrellas. El profesor mismo había inventado la máquina de volar, y casi todos los objetos de su equipo. Cada herramienta, cada aparato tenía, por tanto, la apariencia fantástica y atormentada propia de los milagros de la ciencia. Porque el mundo de la ciencia y la evolución es mucho más engañoso, innominado y de ensueño que el mundo de la poesía o la religión; pues en éste, imágenes e ideas permanecen eternamente las mismas, en tanto que la idea toda de evolución funde los seres unos con otros, como sucede en las pesadillas.

Todos los instrumentos del profesor Lucifer eran los antiguos instrumentos humanos llevados a la locura, desenvueltos en formas desconocidas, olvidados de su origen, olvidados de su nombre. Aquella cosa que parecía una llave enorme con tres ruedas, era, en realidad, un revólver, patentado, y muy mortífero. Aquel objeto que parecía hecho con dos sacacorchos enrevesados, era, en realidad, la llave. La cosa que hubiera podido confundirse con un triciclo volcado patas arriba era el instrumento, de imponderable importancia, a que servía de llave el sacacorchos. Todas estas cosas, como digo, las había inventado el profesor; había inventado todo lo que llevaba la nave voladora, con excepción acaso de su misma persona. El profesor había nacido demasiado tarde para que pudiese descubrirla realmente, pero creía, al menos, haberla mejorado bastante.

Por lo demás, iba en aquel momento otro hombre a bordo, digámoslo así. Tampoco éste, coincidencia curiosa, lo había inventado el profesor, ni aun lo había mejorado gran cosa, aunque lo hubiese pescado sacándolo con lazo del retiro de su huerto, en la Bulgaria Occidental, con el puro designio de mejorarlo. Era hombre de extremada santidad, cubierto casi por entero de pelo blanco. Sólo podían vérsele los ojos, y se dijera que hablaba con ellos. Monje de inmenso saber y agudo entendimiento, había labrado su dicha, en una casucha de piedra y un huerto pedregoso de los Balcanes, escribiendo, más que nada, aplastantes refutaciones y comentarios de ciertas herejías, cuyos últimos doctores, abrasados los unos por los otros, en general, habían perecido mil ciento diecinueve años antes, cabalmente. Eran herejías muy plausibles y meditadas; la circunstancia de que el anciano monje hubiese sido bastante listo para descubrir su falacia, merecía estimación, y hasta gloria; lo único malo era que en el mundo moderno no había nadie capaz de entender sus argumentos. Sin embargo, el anciano monje, uno de cuyos nombres era Miguel, y el otro un nombre imposible de repetir o de recordar en nuestra civilización occidental, había, como he dicho, logrado plena felicidad mientras vivió en la ermita de la montaña, en compañía de animales silvestres. Y ahora que su destino lo subía más alto que las montañas, en compañía de un físico extravagante, también era dichoso.

—No me propongo, mi buen Miguel —dijo el profesor Lucifer—, ver de convertirte por medio de argumentos. La imbecilidad de vuestras tradiciones puede demostrarse, a fondo, a cualquiera que posea el más somero conocimiento del mundo, aquel género de conocimiento que enseña a no exponerse a las corrientes de aire y a no fomentar la amistad con gente impecune. Es locura hablar de tal o cual demostración de la filosofía racionalista. Todas las cosas la demuestran. Rozándose con gente de todas clases…

—Con perdón de usted —dijo el monje, mansamente, bajo el cargamento de barbas blancas—, temo no haber comprendido. ¿Acaso me ha metido usted en este aparato para que pueda rozarme con gente de todas clases?

  —Chistosa réplica, en el modo deductivo y mezquino de la Edad Media —repuso el profesor, con calma—. Pero aun en tu propio terreno voy a demostrar el punto. Hemos subido a los cielos. En tu religión, y en todas las religiones, que yo sepa (y lo sé todo), el cielo vale como símbolo de cuanto hay de sagrado y de misericordioso. Pues bien: ahora estás en los cielos, los conoces mejor. Llámalo como quieras, desfigúralo cuanto quieras: tú sabes que los conoces mejor. Tú sabes ahora cuál es el verdadero sentir de un hombre respecto del firmamento, cuando se encuentra solo en medio de él, rodeado por él. Tú conoces ya la verdad, y la verdad es ésta. El firmamento es malo, el cielo es malo, las estrellas son malas. Este espacio puro, esta pura cantidad aterrorizan al hombre, más que los tigres o la terrible peste. Tú sabes que en cuanto nuestra ciencia ha hablado, el Universo se ha quedado sin fondo. Ahora, el cielo es cosa sin esperanza, aun más sin esperanza que cualquier infierno. Si existe algún bienestar para vuestra miserable progenie de monos enfermizos, tiene que ser en la tierra, debajo de vosotros, bajo las raíces de la yerba, donde estuvo el infierno, antiguamente. Las criptas candentes, las lóbregas mazmorras del mundo subterráneo, a que en otro tiempo condenaban a los malos, son horrendas de veras, pero, al menos, ofrecen mejor cobijo que el firmamento por donde viajamos. Vendrá un tiempo en que iréis todos a esconderos allá, para libraros del horror de las estrellas…


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


El hombre eterno

El hombre eterno

En algún pasaje de su suculenta Autobiografía. Chesterton nos confiesa que su acercamiento a la Iglesia católica fue primeramente una expresión de curiosidad. La execración ...
El Napoleón de Notting Hill

El Napoleón de Notting Hill

Observaciones preliminares sobre el arte de la profecía El género humano, al que muchos de mis lectores pertenecen, ha jugado desde siempre a juegos de ...
El Hombre que sabía demasiado

El Hombre que sabía demasiado

Harold March, el nuevo y renombrado periodista político, paseaba con aire decidido por una meseta en la que, desde hacía tiempo, se iban sucediendo por ...
Manalive

Manalive

Manalive trata la eterna lucha del hombre científico empirista enfrentado al hombre religioso metafísico. El cálculo sobre la realidad contra lo mágico de la realidad ...
Tres relatos del padre Brown

Tres relatos del padre Brown

Max Pemberton expone el enigma del caso Donnington El siguiente relato sobre el caso Donnington ha sido escrito según las notas originales que tomó el ...
Relatos de Gilbert Keith Chesterton

Relatos de Gilbert Keith Chesterton

El padre Brown no se sentía con ánimo aventurero. Recientemente había enfermado por exceso de trabajo y cuando empezó a recuperarse, su amigo Flambeau lo ...
El Hombre Común

El Hombre Común

La explicación o la excusa de este ensayo se encontrará en cierta idea que a mí me resulta clarísima, pero que en realidad nunca vi ...
La cólera de las rosas

La cólera de las rosas

Hablando brutalmente hay tres clases de gente en este mundo. La primera clase de gente es el Pueblo; posiblemente integra la clase más amplia y ...
Por qué soy católico

Por qué soy católico

En los primeros meses de 1922, Frances Chesterton advirtió que su marido, Gilbert, se encontraba muy nervioso. Sabía que semejante estado era habitual en él ...
La sabiduría del padre Brown

La sabiduría del padre Brown

La consulta del doctor Orion Hood, el eminente criminólogo y especialista en ciertos desordenes morales, tenía vista al mar y estaba situada en Scarborough. Desde ...
Biografía de San Francisco de Asís

Biografía de San Francisco de Asís

El siglo XIII se abre con el resplandor de un sol que lo ilumina y que se proyectará en los siglos posteriores. En ese siglo ...
Herejes

Herejes

Herejes es Chesterton del mejor, pero se trata de una de sus primeras obras, y ha sido injustamente olvidada. Sin embargo, desde el primer momento ...
La incredulidad del Padre Brown

La incredulidad del Padre Brown

Hubo un corto período en la vida del padre Brown durante el cual éste disfrutó o, mejor dicho, no disfrutó de algo parecido a la ...
El hombre que fue jueves

El hombre que fue jueves

El barrio de Saffron Park —Parque de Azafrán— se extendía al poniente de Londres, rojo y desgarrado como una nube del crepúsculo. Todo él era ...
El Club De Los Negocios Raros

El Club De Los Negocios Raros

Se diría que Rabelais, o su fantástico ilustrador, Gustave Doré, han tenido algo que ver en la creación y trazado de los pisos de las ...
Carta Encíclica Evangelium Vitae

Carta Encíclica Evangelium Vitae

1. El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia, es anunciado con ...
Guerra y paz

Guerra y paz

Bien. Desde ahora, Génova y Lucca no son más que haciendas, dominios de la familia Bonaparte. No. Le garantizo a usted que si no me ...
Más grandes que el amor

Más grandes que el amor

Era allí. En aquel decorado de fuego, de humo, de muerte. En aquel hedor de carne quemada, en medio del ballet de las parihuelas de ...
Vivir con La Biblia

Vivir con La Biblia

Formamos parte de una civilización racional, técnica, lógica y científica y, por ello, con razón, nos preocupamos de acercarnos a la Escritura sobre bases científicas ...
Fray Perico, Calcetín y el guerrillero Martín

Fray Perico, Calcetín y el guerrillero Martín

¡ALBRICIAS! Ya están todos los frailes aquí, ya están otra vez en el conventillo. ¡Ah! Pero ¡cómo están las paredes! ¡Qué agujeros en las tejas, ...
Preparación para la muerte

Preparación para la muerte

Pedíanme algunas personas que les proporcionase un libro de consideraciones sobre las verdades eternas para las almas que desean perfeccionarse y adelantar en la senda ...
Carta Encíclica Redemptoris Mater

Carta Encíclica Redemptoris Mater

1. La Madre del Redentor tiene un lugar preciso en el plan de la salvación, porque « al llegar la plenitud de los tiempos, envió ...
Amor de la Sabiduría Eterna

Amor de la Sabiduría Eterna

  Este libro presenta el contexto fundamental de los demás escritos de san Luis María. Trata de la relación de Dios con la humanidad, poniendo ...
La verdad sobre la inquisición

La verdad sobre la inquisición

No pocas veces, algunos Miembros de nuestra Sociedad nos han solicitado un Folleto tratando de la Inquisición; pero no nos habíamos resuelto a publicarlo principalmente ...
Exodo. El Señor de la historia

Exodo. El Señor de la historia

El presente comentario responde a una preocupación de hace años. Como cristiano primero, como sacerdote y profesor de Sagrada Escritura después, siempre he echado de ...
Dios es bueno

Dios es bueno

La Biblia no es un tratado teológico sobre Dios.  No es un estudio intelectual sobre Dios.  Es una revelación viva del Dios viviente.  Es una ...
Sobre el duelo y el dolor

Sobre el duelo y el dolor

«He acabado» El día 24 de agosto de 2004 murió Elisabeth Kübler-Ross. Miré el reloj después de su último aliento y registré la hora de ...
Sexo: cuándo y por qué

Sexo: cuándo y por qué

«En la actual situación sociocultural es urgente dar a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes una positiva y gradual educación afectivo-sexual. El ...
La sombra del Padre

La sombra del Padre

PRIMERA PARTE. LA ESPOSA El ardor del sol meridiano, embutido en la estrecha calleja, se hacía espeso. Las paredes encaladas cegaban con su blanco resplandor ...
El tiempo de una presencia

El tiempo de una presencia

«La historia no es una simple sucesión de siglos, años, días, sino que es el tiempo de una presencia que le da pleno significado y ...
Cartas del diablo a su sobrino

Cartas del diablo a su sobrino

"El diablo... el espíritu orgulloso... no puede aguantar que se mofen de él..." TOMÁS MORO Mi querido Orugario: Tomo nota de lo que dices acerca ...
Notas históricas del santuario de la quinta aparición guadalupana en El Tulpetlac

Notas históricas del santuario de la quinta aparición guadalupana en El Tulpetlac

Que la Quinta Aparición Guadalupana fue en Tulpetlac es tradición inmemorial, antigua ya cuando el testigo más cualificado de las “Informaciones de 1666”, el “Príncipe ...
Memorias de un exorcista

Memorias de un exorcista

El gran conjunto arquitectónico situado en la calle Alessandro Severo es una auténtica ciudadela, presidida por una basílica de imponente cúpula, sede del cuartel general ...
Bajo el cielo de Balazar

Bajo el cielo de Balazar

“Me llamo Alexandrina Maria da Costa. Nací en la feligresía de Balazar, distrito de Porto, el 30 de marzo de 1904. era miércoles santo. Me bautizaron ...
El secreto del padre Brown

El secreto del padre Brown

Flambeau, que en un tiempo fue el criminal más famoso de Francia y más tarde detective privadísimo en Inglaterra, hacía ya, por el presente, bastante ...
Forja de Jesuitas

Forja de Jesuitas

El Comentario a las Constítuciones de la Compañía de Jesús, por el Padre Aícardo es una obra de consulta de valor inestimable. Cada punto de ...
Vida de Maximiliano Kolbe

Vida de Maximiliano Kolbe

San Maximiliano Kolbe, además de ser santo, es símbolo del espíritu de sacrificio y solidaridad humana. Nació en enero de 1894 en la localidad polaca ...
Francisco de Asís: El más humano de todos los santos

Francisco de Asís: El más humano de todos los santos

Es una noche de verano en Asís. Los jóvenes cantan en la plaza. Sus corros invitan a bailar. Jóvenes provenientes de Francia, una estadounidense bien ...
Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima

Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima

He aquí la fuente de todo bien, Jesús en el Santísimo Sacramento, el cual nos dice: Quien tenga sed, venga a mí. ¡Oh, cuán abundante ...
La perfecta casada

La perfecta casada

¿Quién hallará mujer de valor? Raro y extremado es su precio. Pero, antes que comencemos, nos conviene presuponer que, en este capítulo, el Espíritu Sancto ...
Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional

Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional

«Os he dicho esto para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea perfecto» (Jn 15,11): este es el proyecto de Dios para ...
Las Profecías y Revelaciones de Santa Brígida de Suecia

Las Profecías y Revelaciones de Santa Brígida de Suecia

 Palabras de nuestro Señor Jesucristo a su elegida y muy querida esposa, declarando su excelentísima encarnación, condenando la violación profana y abuso de confianza de ...
Curso de Cristología

Curso de Cristología

1-Tienes en tus manos un curso sencillo de Cristología, pensado para formar a nuestros Agentes de Pastoral, en sus respectivas escuelas de Teología o en ...
Catena Aurea (PDF)

Catena Aurea (PDF)

Isaías, el profeta más explícito sobre el Evangelio, compendiando en pocas palabras la sublimidad de la doctrina evangélica, su título y su materia, se dirige, ...
Disculpe, estoy en duelo

Disculpe, estoy en duelo

«El duelo se ha convertido en un comportamiento social desviado, incluso criminal, que nuestra sociedad, basada en el trinomio "salud-juventud-felicidad", ya no tolera». -Sandro Spinsanti ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta