Vida y misterio de Jesús de Nazaret, II. El mensaje

José Luis Martín Descalzo

INTRODUCCIÓN

Pero ellos no entendían lo que les decía y no se atrevían a hacerle preguntas (Mc 9,32). El primer volumen de esta obra se cerraba con esta dolorosa constatación: sus contemporáneos no entendieron a Jesús. No le comprendieron —y esto es lógico— sus enemigos. Pero tampoco sus amigos consiguieron llegar a su fondo. Lo que él decía era, realmente, demasiado revolucionario, demasiado nuevo como para que pudiera caber en sus cabezas.

Pero lo verdaderamente desconcertante es que lo mismo nos ocurra a quienes, dos mil años después, nos llamamos cristianos. Y lo prueba el hecho de que, a pesar de llamarnos sus seguidores, nuestras vidas no han cambiado y se parecen desgarradoramente a las de los no creyentes.

Tal vez nos ocurre como a quien, habiendo nacido y vivido siempre al pie de una maravillosa catedral, termina por no verla. Pasa ante ella todos los días y no la ve. Jamás levanta hacia ella sus ojos. Se maravilla incluso de que los turistas la contemplen con embobada emoción. Él la ha visto tanto, que ya no puede verla.
Sería bueno, por ello, que empezásemos por reconocer que el mensaje de Jesús sigue siendo, aun para los cristianos, el gran desconocido. Sabemos, tal vez, de memoria sus palabras, pero las hemos previamente desposeído de cuanto tenían de fuego y quemadura. Conocemos los hechos de su vida, mas los hemos convertido en una historia más, casi diría que en una «historieta» como tantas.

Tenía plena razón Tresmontant al escribir:

En definitiva y en el fondo la doctrina de Jesús de Nazaret no es tan conocida como suele creerse, incluso en el occidente cristianizado. Con harta frecuencia se procede a reducir la doctrina evangélica a un vago moralismo, a un humanitarismo un tanto sentimental, un tanto afeminado. Abunda la idea de que todo se resume en el precepto «Amaos los unos a los otros» entendido superficialmente. Una filantropía, en suma, pero menos eficaz que la fraternidad revolucionaria. Un sueño un tanto dulzón e inconsistente. Una religión para mujeres y para seres débiles.

Hoy seguramente Tresmontant hubiera tenido que añadir un nuevo dato a su diagnóstico; porque, junto a esa visión de moralismo blandengue, ha aparecido en las últimas décadas otra variante caricaturesca: la de quienes hacen derivar el evangelio hacia la justificación de sus opciones políticas, pero, esta vez, desposeyéndole de cuanto tiene de trascendencia y teocentrismo.

Por ello será bueno que tercamente volvamos a leer el evangelio para preguntarnos qué vino en realidad a decirnos Jesús, cuál fue la visión del mundo que él nos aportó, que tipo de «cambio» fue el que vino a introducir en el mundo.

Nunca acabaremos de entenderlo. El evangelio —decía Dmitri Merezhkovski— es insondable:

Libro extraño éste. Nunca se acaba de leerlo entero. Gusta leerlo. Mas parece que siempre queda por terminar, que se ha omitido algo, que algo queda por comprender. Se le vuelve a leer y se sigue teniendo la misma impresión. Y así, una vez y otra vez. Igual que el cielo por la noche. Cuanto más se contempla, más estrellas se descubren.

Habrá, pues, que seguir intentándolo. Y será necesario hacerlo con coraje y respeto: como nos acercamos al fuego. Sin miedo a «hacerle preguntas», aunque nuestro corazón tiemble ante lo que nos exigirán sus respuestas. Ése será el intento de este segundo volumen.

Pero la dificultad nos llega cuando nos preguntamos cómo «contar» la vida pública de Jesús, los años en los que el sembrador salió a predicar. Porque, si en el primer volumen podían mantenerse aún unas estructuras tradicionales, ordenadas, narrativas, aquí el camino se vuelve mucho más empinado.

En primer lugar porque carecemos completamente de una verdadera cronología. Los evangelistas —ya lo hemos dicho— no escriben como historiadores, colocando un hecho tras otro, tal y como sucedieron. Son predicadores. Se preocupan mucho más de expresar unos contenidos, de ofrecernos una catequesis de las ideas y pensamientos de Jesús, que de organizarlos con el rigor cronológico que hoy exigiríamos de un historiador.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


Razones para vivir

Razones para vivir

Y van… cuatro. Cuando, hace ahora cuatro años, firmé la introducción de «Razones para el amor» me prometí a mis lectores que aquélla era la ...
Razones desde la otra orilla

Razones desde la otra orilla

Verán, veremos, sus innumerables amigos, cómo José Luis se las compondrá para seguir presente aquí abajo, entre nosotros, haciendo cosas, publicando artículos y libros. Lo ...
Razones Para El Amor

Razones Para El Amor

Cuando, hace ahora cuatro años, comencé esta aventura de mis «razones», nunca pude imaginar lo que para mí llegarían a significar. Es asombroso: lanzas un ...
La frontera de Dios

La frontera de Dios

Amigo Editor: No me quedo tranquilo si no escribo estas líneas. Necesito decir un par de cosas, y, aunque esto no se use, usted me ...
Razones para la alegría

Razones para la alegría

Me pregunto si la mañana de hoy es, precisamente, la ideal para escribir el prólogo de un libro que se titula Razones para la alegría ...
Vida y misterio de Jesús de Nazaret, I. Los comienzos

Vida y misterio de Jesús de Nazaret, I. Los comienzos

Y vosotros ¿quién decís que soy yo? (Mc 8,27). Hace dos mil años un hombre formuló esta pregunta a un grupo de amigos. Y la ...
Vida y misterio de Jesús de Nazaret, III. La cruz y la gloria

Vida y misterio de Jesús de Nazaret, III. La cruz y la gloria

Jesús no fue sólo un buen maestro, ni fue únicamente un predicador de ideas revolucionarias. Empequeñeceríamos su mensaje si lo redujéramos a sus discursos, por ...
Razones para la esperanza

Razones para la esperanza

El reportaje más sádico ¡que he leído en toda mi vida es este que publica el dominical de uno de los diarios madrileños. Bajo el ...
¿La ciencia contra la fe?

¿La ciencia contra la fe?

En este libro deseo manifestar con toda claridad que no hay oposición entre la ciencia y la fe. Ambas son obra de Dios y, por ...
El Misterio del Bautismo de Jesús

El Misterio del Bautismo de Jesús

EL bautismo de Jesús y el misterio de la unción    Al comienzo de su evangelio, afirma Juan solemnemente que «de la plenitud» de la Palabra ...
Bajo el cielo de Balazar

Bajo el cielo de Balazar

“Me llamo Alexandrina Maria da Costa. Nací en la feligresía de Balazar, distrito de Porto, el 30 de marzo de 1904. era miércoles santo. Me bautizaron ...
Beato Pablo VI. Un gran Papa largamente incomprendido

Beato Pablo VI. Un gran Papa largamente incomprendido

Es lo convencional y más frecuente que los libros empiecen con un prólogo. También con un prólogo, en la intención más adecuado y convincente, quiere ...
¡Ojalá escucheis hoy su voz!

¡Ojalá escucheis hoy su voz!

En los últimos años viene empleándose una larga serie de símbolos para expresar la indigencia de la situación religiosa en los países occidentales de tradición ...
Por qué soy católico

Por qué soy católico

He sentido la necesidad de escribir algo relacionado con la fe que profeso: "la fe católica". Si bien existen diferentes creencias, religiones, doctrinas, en las ...
Donde duerme la ilusión

Donde duerme la ilusión

Cada libro tiene su pequeña historia. Este nació de una meditación en unos días de retiro espiritual. Apareció después, ampliado, con el titulo de La ...
María, Madre Del Redentor

María, Madre Del Redentor

“La Madre del Redentor tiene un lugar preciso en el plan de la salvación, porque, ‘al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a ...
En torno a la Misa ayer y hoy

En torno a la Misa ayer y hoy

Los que no tuvimos la suerte de conocer a Don Manuel González, obispo que fui de Málaga y Palencia 1940), podemos satisfacer en cierto modo ...
Relatos de Gilbert Keith Chesterton

Relatos de Gilbert Keith Chesterton

El padre Brown no se sentía con ánimo aventurero. Recientemente había enfermado por exceso de trabajo y cuando empezó a recuperarse, su amigo Flambeau lo ...
La flor de la esperanza

La flor de la esperanza

Queridos lectores: Acabo de leer las cartas que se han intercambiado mis queridos amigos Carmen Guaita y Paco Castro. Aún me siento una intrusa... Tengo ...
En la escuela del Espíritu Santo

En la escuela del Espíritu Santo

«¡Oh, Jesús mío, qué fácil es santificarse! ¡Solamente hace falta un poquito de buena voluntad! Y si Jesús descubre ese mínimo de buena voluntad en ...
El culto de los votos

El culto de los votos

Alguien tildará de extensa esta obligada introducción, pero nadie, a mi entender, podrá negar su utilidad. Siendo el efecto de los votos introducir y fijar ...
El Club De Los Negocios Raros

El Club De Los Negocios Raros

Se diría que Rabelais, o su fantástico ilustrador, Gustave Doré, han tenido algo que ver en la creación y trazado de los pisos de las ...
En las fuentes de la alegría

En las fuentes de la alegría

 San Francisco de Sales explica en qué consiste la verdadera santidad «La perfección de la vida cristiana consiste en la conformidad de nuestra voluntad con ...
Decenario al Espíritu Santo

Decenario al Espíritu Santo

Francisca faviera del Valle fue una pobre costurera de Carrión de los Condes (Palencia). Habla nacido allí en 1856, el J de diciembre, y allí ...
Profecías de Ana Catalina Emmerich

Profecías de Ana Catalina Emmerich

Vi diferentes partes de la tierra: mi guía me nombró Europa y, mostrándome un rincón arenoso, me dijo estas importantes palabras: – He aquí la ...
Jesucristo

Jesucristo

La aparición de la obra «Jesucristo», del padre Léonce de Grandmaison, constituyó en 1927 un acontecimiento en los ámbitos intelectuales de Francia y en los ...
Con María, multiplicando migas...

Con María, multiplicando migas…

Susana Ratero es una querida amiga y hermana en Cristo. No recuerdo cuándo fue que la conocí, pero tengo la impresión de que siempre fuimos ...
San Ignacio de Loyola

San Ignacio de Loyola

San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, una de las instituciones más gigantescas de la Iglesia, y autor de los Ejercicios Espirituales, ...
La fe explicada Tomo I y II

La fe explicada Tomo I y II

¿Es el hombre un mero accidente biológico? ¿Es el género humano una simple etapa en un proceso evolutivo, ciego y sin sentido? ¿Es esta vida ...
La mujer que venció el mal

La mujer que venció el mal

El beato Juan Pablo II, en su carta apostólica Tertio millennio adveniente, encomendaba al Espíritu Santo el cometido de conducir a las almas a entrar ...
Cartas a un escéptico en materia de religión

Cartas a un escéptico en materia de religión

Carácter de la autoridad ejercida por la Iglesia católica. La fe y la libertad de pensar. Vano prestigio de las ciencias. Un pronunciamiento científico. Naufragio ...
Últimas Conversaciones de Santa Teresita de Jesús

Últimas Conversaciones de Santa Teresita de Jesús

  Cuando no se nos comprende o se nos juzga desfavorablemente, ¿a qué defendernos o dar explicaciones? Dejémoslo pasar, no digamos nada, ¡es tan bueno ...
María, José y la vida oculta de Jesús

María, José y la vida oculta de Jesús

1. En el relato de la Visitación san Lucas muestra cómo la gracia de la Encarnación, después de haber inundado a María lleva salvación y ...
La Teología de Joseph Ratzinger

La Teología de Joseph Ratzinger

A mis alumnos «Ratzinger es sin duda uno de los teólogos más conocidos y más discutidos del siglo XX», ha afirmado un autor italiano. Y ...
Momentos de misericordia

Momentos de misericordia

La misericordia es uno de los temas centrales en la enseñanza y en la vida del Papa Francisco, es una de las palabras y uno ...
La muerte de Cristo

La muerte de Cristo

DE DÓNDE NACEN MIS MEDITACIONES SOBRE LA SEMANA SANTA Han pasado más de treinta años desde que escribí mis «Meditaciones sobre la Semana Santa». Me ...
Memorias de la casa de los muertos

Memorias de la casa de los muertos

En medio de las estepas, de las montañas y de los inextricables bosques de las más apartadas regiones de la Siberia, se encuentran de vez ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta