Lucas 10, 38-42. Tiempo Ordinario. Cristo nos pone en guardia ante el mucho hacer y el poco meditar.
Autor: P. Juan Pablo Menéndez
Del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada».
Oración introductoria
Jesús, yo quiero la mejor parte. Creo y espero en Ti y, porque te amo, quiero tener un diálogo contigo en esta oración, ¡ven a mi corazón! Con tu gracia podré dejar de lado todas las distracciones, preocupaciones e ideas que me pueden separar de Ti.
Petición
Jesús, guía mi mente y mi corazón para saber escoger siempre la mejor parte, que es la oración.
Meditación del Papa
San Ambrosio, comentando el episodio de Marta y María, exhorta de este modo a sus fieles y también a nosotros: “Buscamos tener también nosotros, aquello que no se nos puede quitar, dándole a la palabra del Señor una diligente atención, no distraída: ocurre también con las semillas de la palabra divina, que se pierden si se plantan a lo largo del camino. Te estimule también a ti, como a María, el deseo de saber: este es la más grande, la obra más perfecta” Y añade también que: “el cuidado por el ministerio no distraiga la atención de la palabra divina”, por la oración. Los santos, por lo tanto, han experimentado una profunda unidad de vida entre la oración y la acción, entre el amor total a Dios y el amor a los hermanos.[…] San Bernardo dice que las muchas ocupaciones, una vida frenética, a menudo terminan endureciendo el corazón y hacen sufrir el espíritu. Es un valioso recordatorio para nosotros hoy, acostumbrados a evaluar todo con el criterio de la productividad y de la eficiencia. Benedicto XVI, 25 de abril de 2012.
Reflexión
Hoy tengo que terminar el trabajo de trigonometría, que es para mañana, también tengo que ir de compras con mi madre; luego ver mi programa favorito, más tarde salir con mi novia, la música está a todo volumen…
Nos preocupamos por muchas cosas, nos quejamos de que hay poco tiempo para aquello que nos gusta, pero no nos damos cuenta de que solo una cosa es necesaria, escuchar al Señor en nuestro interior.
El evangelio de hoy nos presenta a una mujer atareada con los quehaceres de la casa, metida en muchos problemas, sin importarle quién está dentro de ella. Se pierde la dicha de vivir unos momentos increíbles al lado del Maestro de las gentes, pero no se da cuenta de la importancia que tiene el escuchar.
Cristo nos pone en guardia ante el mucho hacer y el poco meditar. Es necesario vivir más de cerca del evangelio. Con ello podemos ser hombres contemplativos y en el campo del apostolado hacer más y mejor, porque se cuenta con el apoyo de Cristo mismo.
Propósito
Ante la tentación de la actividad excesiva, no renunciar a mi tiempo de oración. No dejar la “mejor parte”
Diálogo con Cristo
Jesús, cuántas veces he dejado a un lado mi oración para darle vuelo a mi imaginación: programando, planeando los grandes proyectos que podría llevar a cabo, pero olvidando que lo único que puede garantizar el éxito apostólico es que Tú seas la parte central de cualquier esfuerzo. Permite que nunca olvide que mi misión proviene de tu inspiración, que inicia y se sostiene sólo con tu gracia, que desde el principio y hasta el final todo debe ser por Ti y para Ti.
Mas lecturas del Evangelio

¡Bendita tú, entre todas las mujeres!
Ver Libro

La oveja perdida
Ver Libro

Conversión de Zaqueo
Ver Libro

Jesús en Nazaret
Ver Libro

El que coma de este pan vivirá para siempre
Ver Libro

El ciego de nacimiento
Ver Libro

Maldiciones contra escribas y fariseos
Ver Libro

Parábola de los trabajadores de la viña
Ver Libro

El joven rico
Ver Libro

La puerta estrecha
Ver Libro

Siervos inútiles ante el Señor
Ver Libro

Curación de diez leprosos
Ver Libro

Cuidado con la avaricia
Ver Libro

La purificación del Templo
Ver Libro

Fe como un grano de mostaza
Ver Libro

Una curación en sábado
Ver Libro

Parábola de los talentos
Ver Libro

El primer mandamiento
Ver Libro

La Epifanía del Señor
Ver Libro

Alegría que nadie les podrá quitar
Ver Libro

¡Todo empieza de nuevo, Cristo ha resucitado!
Ver Libro

Fiel y prudente a la Voluntad de Dios
Ver Libro

Venida del Reino de Dios
Ver Libro

Herodes oye hablar de Jesús
Ver Libro

Parábola de las diez vírgenes
Ver Libro

El Reino de Dios entre nosotros
Ver Libro

Necesidad de la vigilancia
Ver Libro

Los ángeles, mensajeros de Dios
Ver Libro

Id por todo el mundo y prediquen el Evangelio
Ver Libro

El que no está conmigo, está contra mí
Ver Libro
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!