La Iglesia de los pobres en el Concilio Vaticano II

Joan Planellas i Barnosell

INTRODUCCIÓN

La temática de la «Iglesia de los pobres» ha resurgido con fuerza renovada después de la elección del papa Francisco, evidenciando una de las características más peculiares de la originalidad de su pontificado. Ante todo, ¿por qué el mismo nombre de «Francisco», nunca antes utilizado en la historia del papado? El propio Papa, en la primera audiencia a los medios de comunicación (16-3-2013), explicó el motivo que le indujo a elegir este nombre. En un momento crucial de su elección como Sumo Pontífice, el cardenal Claudio Hummes, que estaba a su lado, lo abrazó y le dijo: «No te olvides de los pobres». Inmediatamente, monseñor Jorge Mario Bergoglio, recién elegido obispo de Roma, pensó en san Francisco de Asís, el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que amó y custodió la creación, el hombre pobre que con humildad y sencillez renovó la Iglesia.

Ante una opinión pública un tanto lega en relación con los temas eclesiales, la cuestión de la «Iglesia de los pobres» podría parecer como algo propio de la llamada «teología de la liberación» o, en el mejor de los casos, como algo perteneciente al voluntariado social de la Iglesia. Pero, en realidad, se trata de algo mucho más profundo. La «Iglesia de los pobres» se arraiga en el núcleo más genuino del Evangelio de Jesús y del mensaje de las Bienaventuranzas del sermón de la montaña, destinado a todos aquellos que quieran ser verdaderos discípulos del Señor. De ahí, la afirmación del papa Francisco en la audiencia anteriormente mencionada: «¡Ah!, cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres». Se trata de una frase que repite a la letra en su Exhortación apostólica Evangelii gaudium, añadiendo que «para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica», puesto que se fundamenta «en los mismos sentimientos de Jesucristo» (Flp 2,5): «Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres».

En esta frase lapidaria y, para algunos, sorprendente del Papa, se encuentran los dos aspectos fundamentales de la argumentación sobre la «Iglesia de los pobres»: por un lado, una Iglesia llamada a «anunciar la buena nueva a los pobres» (Lc 4,18), paliando además toda indigencia, pero también, por otro lado, una «Iglesia pobre» fundamentada en el seguimiento de Cristo y que, por lo tanto, vive en la pobreza evangélica.

Sin embargo, estas palabras sobre la «Iglesia de los pobres» remiten inmediatamente al Concilio Vaticano II. San Juan XXIII, en el mensaje radiado que precedía la apertura del Vaticano II (11-9-1962), dijo textualmente: «Ante los países subdesarrollados, la Iglesia se presenta tal y como es y quiere ser: la Iglesia de todos y particularmente la Iglesia de los pobres». Unas palabras que, como veremos en el presente estudio, serán centrales en todo el debate conciliar sobre la pobreza, invitando además a una auténtica conversión evangélica.

En este libro descubriremos cómo el concepto «Iglesia de los pobres» —una fórmula ciertamente única por su indisoluble conexión, pero al mismo tiempo doble por el ámbito distinto de sus exigencias— expresa de manera magnífica uno de los rasgos de la imagen de Iglesia que el Concilio Vaticano II quiso presentar. «En el Concilio, la Iglesia se ve reflejada en el espejo del Evangelio», decía por aquellos años Yves M. Congar: en verdad, una acción obvia, pero renovadora, ya que, yendo más allá de las buenas intenciones, implica una reforma de la vida eclesial. Y, ciertamente, como se podrá comprobar, el Concilio Vaticano II abordó este postulado con inusitada solicitud.

Por cierto, de la pobreza como concepto teológico se hablaba más en los años del Concilio Vaticano II que en estos últimos años. Ha sido necesaria la llegada del papa Francisco a la sede de Pedro para recuperar el concepto de una forma global en la Iglesia. Este hecho se refleja en los mismos manuales o tratados de eclesiología publicados a lo largo de los últimos cincuenta años. Por ejemplo, si hojeamos los publicados en España, nos percatamos de que, si comparamos los tratados editados en los primeros años del postconcilio con los que le siguieron a continuación, nuestro tema ha sufrido un olvido notable y progresivo.

Probablemente el hecho se debe a que la Iglesia, principalmente en Occidente, se empobreció sobre todo en lo referente al prestigio social y a los recursos humanos. Por otra parte, el concepto teológico «Iglesia de los pobres» tuvo una acogida muy limitada en el primer mundo: fue acusado hace algunos años por su acercamiento al marxismo y siempre se lo entendió como una crítica a la Iglesia del primer mundo, por su aburguesamiento e instalación dentro de la sociedad.

Esto provocó que entre nosotros el concepto de «Iglesia de los pobres» quedara relegado prácticamente a un enfoque «asistencial» y «solidario»: la Iglesia que «se preocupa» por los pobres, y la Iglesia que «se solidariza» tanto a nivel local como internacional, sobre todo ante los desastres o catástrofes mundiales. Sin embargo, existen excepciones muy significativas, como el documento La Iglesia y los pobres, de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, cuyo último apartado lo dedica a «Vivir la espiritualidad cristiana de la pobreza»; así como, poco después, el documento del Concilio Provincial Tarraconense de 1995, cuyo capítulo tercero, dedicado a «la solicitud por los más pobres y marginados», consagra el apartado segundo a la «exigencia ineludible del testimonio intraeclesial». A pesar de la carga significativa de estos documentos eclesiales, el concepto «Iglesia de los pobres» quedó relegado fuera del marco del acontecimiento conciliar del Vaticano II, centrándose casi exclusivamente en el ámbito de la «teología de la liberación» —por el hecho de convertirse en su eje central—, sobre todo a partir de Medellín y de Puebla. Recordemos, en este sentido, el pensamiento del mismo Gustavo Gutiérrez: la «teología de la liberación» surge ante la provocación que implica la existencia y pervivencia de la inhumana pobreza en las clases populares explotadas, las culturas oprimidas y las razas discriminadas.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


No se han encontrado entradas.
La oración en la catequesis de Benedicto XVI

La oración en la catequesis de Benedicto XVI

Hoy quiero comenzar una nueva serie de catequesis. Después de las catequesis sobre los Padres de la Iglesia, sobre los grandes teólogos de la Edad ...
La fe de los católicos

La fe de los católicos

En días tan poco favorables para la ideología católica es fácil inclinarse a pensar que el apologista católico haría mejor en ponerse a la defensiva ...
Syllabus

Syllabus

Muy Ilustre y Reverendo Señor: Nuestro Santísimo Señor Pío IX, Pontífice Máximo, no ha cesado nunca, movido de su grande solicitud por la salud de ...
Amor de la Sabiduría Eterna

Amor de la Sabiduría Eterna

  Este libro presenta el contexto fundamental de los demás escritos de san Luis María. Trata de la relación de Dios con la humanidad, poniendo ...
La Práctica de la Presencia de Dios

La Práctica de la Presencia de Dios

Aunque había llevado la vida normal de cualquier joven francés de clase media de inicios del siglo XVI, Nicolás Herman, nacido alrededor de 1610 en ...
La flor de la esperanza

La flor de la esperanza

Queridos lectores: Acabo de leer las cartas que se han intercambiado mis queridos amigos Carmen Guaita y Paco Castro. Aún me siento una intrusa... Tengo ...
Carta Encíclica Humanum Genus

Carta Encíclica Humanum Genus

El género humano, después de apartarse miserablemente de Dios, creador y dador de los bienes celestiales, por envidia del demonio, quedó dividido en dos campos ...
La llamada

La llamada

UN EXTRAÑO FENÓMENO Todos somos espectadores de un fenómeno universal, algo que viene sucediendo desde hace 2000 años, y que se da en los cinco ...
Antes que la luz de la Alborada, Tú, María

Antes que la luz de la Alborada, Tú, María

Desde la eternidad,. antes que los collados y los montes, que las fuentes y el mar, con la primera luz de la alborada, Dios te ...
María Magdalena. Ejercicios espirituales

María Magdalena. Ejercicios espirituales

Ha sido un gesto verdaderamente arriesgado el pedir la predicación de los ejercicios a un anciano de casi ochenta años, con una voz ahora un ...
Sabiduría de un pobre

Sabiduría de un pobre

La palabra más terrible que haya sido pronunciada contra nuestro tiempo es quizá ésta: “Hemos perdido la ingenuidad.” Decir eso no es condenar necesariamente el ...
Ignacio de Loyola, nunca solo

Ignacio de Loyola, nunca solo

¿Un nuevo libro sobre Ignacio de Loyola? ¿Otra semblanza? ¿Pero no está ya todo dicho sobre el fundador de los jesuitas? ¿Otra vuelta de tuerca, ...
El Silencio de Dios

El Silencio de Dios

Este libro es un testimonio. No «al sol que más calienta», sino a los astros que fueron ayer estrellas fijas de nuestro destino y que ...
Alfonso María de Ligorio: Maestro de la oración y de la misericordia

Alfonso María de Ligorio: Maestro de la oración y de la misericordia

El libro que aquí presentamos, ya publicado en alemán y en portugués, aparece ahora en traducción española en el marco del Jubileo de la Misericordia ...
Esperanza para los momentos difíciles

Esperanza para los momentos difíciles

La única tragedia en esta vida es no ser santo. Lo único que quiso santa Teresa de Ávila fue vivir una vida sencilla de pobreza ...
Exhortaciones apostólicas

Exhortaciones apostólicas

1. Sacramento de la caridad, la Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por cada ...
Jubileo de la Misericordia

Jubileo de la Misericordia

Misericordiæ Vultus FRANCISCO OBISPO DE ROMA SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS A CUANTOS LEAN ESTA CARTA GRACIA, MISERICORDIA Y PAZ Jesucristo es el rostro ...
El Santo de Nuestro Mundo

El Santo de Nuestro Mundo

  La mayor parte de los días del calendario llevan nombres de personalidades de la historia cristiana, a los que acompaña un carácter especial de ...
Rosario de San Miguel Arcangel

Rosario de San Miguel Arcangel

El Rosario de San Miguel Arcángel consiste de un Padrenuestro y tres veces el Ave María, en honor de cada Coro Angelical. Padre Nuestro, que ...
Quince minutos con Jesús Sacramentado

Quince minutos con Jesús Sacramentado

Amigo mío, Yo te amo. Quiero que siempre escuches estas palabras mías en lo profundo de tu corazón. Sí, yo te amo y te he ...
Filosofía del Tiempo Libre

Filosofía del Tiempo Libre

Si le decimos a un estudiante que la mitad de los días del año se los pasa en vacaciones, no lo cree, porque los días ...
Santa Gema Galgani y su Ángel Custodio

Santa Gema Galgani y su Ángel Custodio

Santa Gema Galgani es una de las santas más extraordinarias de la historia de la Iglesia. Ella vivió en propia carne la Pasión de Jesucristo ...
Jesús Está Vivo

Jesús Está Vivo

Es imposible dejar de hablar de lo que se ha visto y oído. Es justo, digno y necesario, levantar la voz a todo el mundo ...
El Credo del Pueblo de Dios

El Credo del Pueblo de Dios

1. Clausuramos con esta liturgia solemne tanto la conmemoración del XIX centenario del martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo como el año que hemos ...
El evangelio de Lucas y las Escrituras de Israel

El evangelio de Lucas y las Escrituras de Israel

Este número sobre el evangelio de Lucas sigue a otros cuatro que será útil consultar, porque nosotros no repetiremos lo que aportaron en su momento ...
La tiniebla en el exorcismo

La tiniebla en el exorcismo

Cartografíar los problemas que puede generar y genera la práctica del exorcismo, ése ha sido el propósito de esta obra. Este escrito desearía ser una ...
Educar el carácter

Educar el carácter

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú ...
Obras completas de Fray Luis de León

Obras completas de Fray Luis de León

Fray Luis de León (1527-1591) desde joven se consagró a la iglesia, y tomó el hábito de San Agustín, habiendo ingresado en el convento de ...
Bailar con la soledad

Bailar con la soledad

Una de las experiencias más universales y más humanas que podemos tener es la soledad. Es una peculiar compañera de camino. Un sentimiento complejo, que ...
Vértigo y éxtasis

Vértigo y éxtasis

En el libro XIII de los Anales de Confucio se cuenta que Tzu-Lu hizo al gran maestro la siguiente pregunta: «Si el Señor de Wei ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta