Un tesoro llamado “El Mensaje de la Divina Misericordia”

R. González

Presentación

En la década de 1930, Nuestro Señor Jesucristo le reveló a una humilde religiosa polaca, llamada Sor Faustina, un mensaje destinado a toda la humanidad. Este mensaje es conocido como “El Mensaje de la Divina Misericordia”. Por designio divino, Sor Faustina se constituyó así en la “Secretaria” y “Apóstol” de la misericordia de Dios.

Nuestro Señor Jesucristo quiso recordar al mundo a través de Sor Faustina la eterna verdad del amor misericordioso de Dios al hombre, transmitiendo y solicitando nuevas formas de devoción a Su Misericordia. Al hacerlo, Nuestro Señor apremia a la humanidad a aprovechar este “tiempo de misericordia” como preparación a Su venida final, inspirando así un renacimiento de la vida religiosa en el espíritu cristiano de la confianza y de la misericordia.

Sor Faustina fue canonizada el 30 de abril del año 2000 por Su Santidad, El Papa Juan Pablo II, instituyendo oficialmente a su vez la “Fiesta de la Divina Misericordia”, que es uno de los elementos centrales del Mensaje. Dicha Fiesta, según fue solicitado por Nuestro Señor a Santa Faustina, debe celebrarse anualmente el segundo domingo de pascua.

El santo padre concluyó su homilía, con motivo de la canonización, dirigiendo las siguientes palabras a santa Faustina:

“ Y tú, Faustina, don de Dios a nuestro tiempo, don de la tierra de Polonia a toda la Iglesia, concédenos percibir la profundidad de la misericordia divina, ayúdanos a experimentarla en nuestra vida y a testimoniarla a nuestros hermanos. Que tu mensaje de luz y esperanza se difunda por todo el mundo, mueva a los pecadores a la conversión, elimine las rivalidades y los odios, y abra a los hombres y las naciones a la práctica de la fraternidad. Hoy, nosotros, fijando, juntamente contigo, nuestra mirada en el rostro de Cristo resucitado, hacemos nuestra tu oración de abandono confiado y decimos con firme esperanza: “Cristo, Jesús, en Ti confío “. ”

Este mensaje de luz y esperanza al que hace mención el santo padre, quedó plasmado en el diario de santa Faustina. El diario contiene las revelaciones y peticiones de Nuestro señor Jesucristo, así como sus experiencias espirituales, sus oraciones, y sus reflexiones más profundas. Una traducción al castellano de este diario, llamada “Diario, La Divina Misericordia en mi alma”, elaborada por la Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María (Stockbridge, Massachusetts, EE.UU.), se encuentra disponible en nuestro país. Se trata de un verdadero tesoro de más de 700 páginas.

Un grupo de lectores de este Diario, concientes de la gran trascendencia de su contenido, hemos asumido el gratificante reto de cumplir el deseo del santo padre de difundirlo y llevarlo a la mayor cantidad de almas, y con ello, de hacer realidad el deseo de Nuestro Señor Jesucristo de propagar el culto a Su Divina Misericordia. Con este propósito, nos hemos dado a la tarea de extraer, clasificar y agrupar el contenido textual del Diario, facilitando así su lectura pero conservando su integridad, ya que en el diario, debido a su naturaleza, los distintos temas se abordan cronológicamente sin una estructuración temática.


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