Leyenda Mayor

San Buenaventura

PRÓLOGO

HA aparecido la gracia de Dios, salvador nuestro, en estos últimos tiempos, en su siervo Francisco, y a través de él se ha manifestado a todos los hombres verdaderamente humildes y amigos de la santa pobreza, los cuales, al venerar en su persona la sobreabundante misericordia de Dios, son amaestrados con su ejemplo a renunciar por completo a la impiedad y a los deseos mundanos, a llevar una vida en todo conforme a la de Cristo y a anhelar con sed insaciable la gran dicha que se espera . El Altísimo, en efecto, fijó su mirada en Francisco como en el verdadero pobrecillo y abatido con tal efusión de benignidad y condescendencia, que no sólo lo levantó, como al desvalido, del polvo de la vida contaminada del mundo, sino que, convirtiéndole en seguidor, adalid y heraldo de la perfección evangélica, lo puso como luz de los creyentes, a fin de que, dando testimonio de la luz, preparase al Señor un camino de luz y de paz en los corazones de los fieles.

En verdad, Francisco, cual lucero del alba en medio de la niebla matinal, irradiando claros fulgores con el brillo rutilante de su vida y doctrina, orientó hacia la luz a los que estaban sentados en tinieblas y en sombras de muerte; y como arco iris que reluce entre nubes de gloria, mostrando en sí la señal de la alianza del Señor, anunció a los hombres la buena noticia de la paz y de la salvación, siendo él mismo ángel de verdadera paz, destinado por Dios – a imitación y semejanza del Precursor – a predicar la penitencia con el ejemplo y la palabra, preparando en el desierto el camino de la altísima pobreza.

Francisco – según aparece claramente en el decurso de toda su vida – fue prevenido desde el principio con los dones de la gracia divina, enriquecido después con los méritos de una virtud nunca desmentida, colmado también del espíritu de profecía y destinado además a una misión angélica, todo él abrasado en ardores seráficos y elevado a lo alto en carroza de fuego como un hombre jerárquico. Por todo lo cual, bien puede concluirse que estuvo investido con el espíritu y poder de Elías. Asimismo, se puede creer con fundamento que Francisco fue prefigurado en aquel ángel que subía del oriente llevando impreso el sello de Dios vivo, según se describe en la verídica profecía del otro amigo del Esposo: Juan, apóstol y evangelista. En efecto, al abrirse el sexto sello – dice Juan en el Apocalipsis -, vi otro ángel que sabía del oriente llevando el sello de Dios vivo.

Que este embajador de Dios tan amable a Cristo, tan digno de imitación para nosotros y digno objeto de admiración para el mundo entero fuese el mismo Francisco, lo deducimos con fe segura si observamos el alto grado de su eximia santidad, pues, viviendo entre los hombres, fue un trasunto de la pureza angélica y ha llegado a ser propuesto como dechado de los perfectos seguidores de Cristo.

A interpretarlo así fiel y piadosamente nos induce no sólo la misión que tuvo de llamar a los hombres al llanto y luto, a raparse y ceñirse de saco y a grabar en la frente de los que gimen y se duelen el signo tau, como expresión de la cruz de la penitencia y del hábito conformado a la misma cruz, sino que aún más lo confirma como testimonio verdadero e irrefragable el sello de su semejanza con el Dios viviente, esto es, con Cristo crucificado, sello que fue impreso en su cuerpo no por fuerza de la naturaleza ni por artificio del humano ingenio, sino por el admirable poder del Espíritu de Dios vivo.

Mas, sintiéndome indigno e incapaz de escribir la vida de este hombre tan venerable, dignísima, por otra parte, de ser imitada por todos, confieso sinceramente que de ningún modo hubiera emprendido tamaña empresa si no me hubiese impulsado el ardiente afecto de mis hermanos, el apremiante y unánime ruego del capítulo general y la especial devoción que estoy obligado a profesar al santo Padre. En efecto, gracias a su invocación y sus méritos, siendo yo niño – lo recuerdo perfectamente – fui librado de las fauces de la muerte; por tanto, si yo me resistiera a publicar sus glorias, temo ser acusado de crimen de ingratitud. Este ha sido, pues, el motivo principal que me ha inducido a asumir el presente trabajo: el reconocimiento de que Dios me ha conservado la salud del cuerpo y del alma por intercesión de Francisco, cuyo poder he llegado a experimentar en mi propia persona.

Por todo lo cual me he afanado en recoger por doquiera – no plenamente, que es imposible, sino como en fragmentos – los datos referentes a las virtudes, hechos y dichos de su vida que se habían olvidado o se hallaban diseminados por diversos lugares, con objeto de que no se perdieran para siempre una vez desaparecidos de este mundo los que habían convivido con el siervo de Dios.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


Leyenda Menor

Leyenda Menor

HA aparecido la gracia de Dios, Salvador nuestro, en estos últimos tiempos en su siervo Francisco, a quien el Padre de las misericordias y de ...
Las cinco festividades del Niño Jesús

Las cinco festividades del Niño Jesús

Dado que, según el parecer y la doctrina de aquellos hombres venerables que la irradiación divina más ampliamente ilustró en la Iglesia de Dios, y ...
La filosofía de San Buenaventura

La filosofía de San Buenaventura

La decisión inicial por la que una filosofía como la de San Buenaventura se coloca entre la fe y la teología, delimita rigurosamente el campo ...
Cuestiones disputadas acerca de La Ciencia de Cristo

Cuestiones disputadas acerca de La Ciencia de Cristo

Se pregunta si la ciencia de Cristo, en cuanto es el Verbo, se extiende en acto a infinitas cosas. 1. La autoridad de Agustín, La ...
Itinerario de la mente a Dios

Itinerario de la mente a Dios

  En el principio invoco al primer Principio, de quien descienden todas las iluminaciones como del Padre de las luces, de quien viene toda dádiva ...
El hijo pródigo. El que busca a Dios, lo encuentra

El hijo pródigo. El que busca a Dios, lo encuentra

Lucas inicia el capítulo quince de su evangelio presentando dos grupos de personas con dos actitudes diferentes ante la Palabra que sale de la boca ...
Los desafíos del católico

Los desafíos del católico

La buena acogida que los lectores españoles han dispensado a las Leyendas negras de la Iglesia ha incitado al editor a publicar ahora esta otra ...
Obras Completas de Santa Teresita del Niño Jesús

Obras Completas de Santa Teresita del Niño Jesús

Dos de estos tres textos de inapreciable valor (e indirectamente, de rebote, también el tercero) se los debemos a la hermana mayor de Teresa, María ...
¿Qué ves en la noche?

¿Qué ves en la noche?

Evangelios y conspiraciones 15 de mayo de 2006 Si algo podemos destacar en el panorama literario de comienzos de este siglo XXI es el éxito ...
Libro sobre El Amor de Dios

Libro sobre El Amor de Dios

Al ilustre señor Aimeric, Cardenal diácono y Canciller de la Iglesia de Roma, Bernardo, abad de Claraval, le desea vivir y morir en el Señor ...
Amor Humano

Amor Humano

"El hombre y la mujer están hechos ‘el uno para el otro’: no que Dios los haya hecho ‘a medias’ e ‘incompletos’; los ha creado ...
La eugenesia y otras desgracias

La eugenesia y otras desgracias

Publico hoy estos artículos por un motivo especial, relacionado con la presente situación; motivo que quiero subrayar y dejar bien claro. La mayoría de las ...
Cartas de Santa Teresita de Jesús

Cartas de Santa Teresita de Jesús

  ¡Si supieras, María, qué gran verdad me parece lo que nos dices! Dios nos mima, sí, pero no te figuras lo que es estar ...
El Abandono de los Sagrarios Abandonados

El Abandono de los Sagrarios Abandonados

128. Se escribe contra un mal tan grave como poco conocido y reparado. ¡El abandono de los Sagrarios acompañados! Ved aquí un tema de conversación ...
La catedral de San Agustín de Hipona

La catedral de San Agustín de Hipona

DURANTE MUCHOS AÑOS me pregunté qué aspecto físico presentaría la catedral de San Agustín a los ojos de un hombre de nuestra época que pudiera ...
A vueltas con la Iglesia: Entre luces y sombras

A vueltas con la Iglesia: Entre luces y sombras

¿Qué es la Iglesia? ¿Qué resonancia produce esa palabra en la mayoría de los hombres? ¿A qué les suena? ¿Qué remueve en ellos? Si tuvieran ...
La verdad del amor humano

La verdad del amor humano

1. El Concilio Vaticano II, de cuyo inicio celebraremos el 50º aniversario el próximo 11 de octubre, trató con particular atención del matrimonio y la ...
Catecismo de La Iglesia Católica

Catecismo de La Iglesia Católica

«Agradezco infinitamente a Dios Nuestro Señor el haber dado a la Iglesia este Catecismo, promulgado en 1992 por mi venerado y amado Predecesor, el Papa ...
Las Profecías de la Virgen de la Salette

Las Profecías de la Virgen de la Salette

"...llamo a los apóstoles de los últimos tiempos, a los fieles discípulos de Jesucristo, a los que han vivido con desprecio del mundo y de ...
Quanta Cura, Carta Encíclica

Quanta Cura, Carta Encíclica

 Con cuánto cuidado y pastoral vigilancia cumplieron en todo tiempo los Romanos Pontífices, Nuestros Predecesores, la misión a ellos confiada por el mismo Cristo Nuestro ...
Consagrados a Cristo en los pobres

Consagrados a Cristo en los pobres

Cada vez más acuciante se alza por todo el mundo el grito de los pobres. En su voz reconocemos el grito de Cristo, llamándonos a ...
Breve guía del examen diario de conciencia

Breve guía del examen diario de conciencia

No se puede negar que el examen diario de conciencia, para muchos de los que lo practican, probablemente para la mayoría resulta un ejercicio pesado ...
México católico Proyectos y trayectorias eclesiales

México católico Proyectos y trayectorias eclesiales

Marta Eugenia García Ugarte y Pablo Serrano Álvarez Las obras colectivas sobre la Iglesia católica en México han proliferado en los últimos años. Entre los ...
24 Reflexiones de un Laico

24 Reflexiones de un Laico

A través de los años he leído y copiado mucho de lo que me interesó y lo archivé sin propósito alguno, simplemente porque me llamó ...
Las exclamaciones del alma a Dios

Las exclamaciones del alma a Dios

¡Oh vida, vida!, ¿cómo puedes sustentarte estando ausente de tu Vida? En tanta soledad, ¿en qué te empleas? ¿Qué haces, pues todas tus obras son ...
Crisis de Fe

Crisis de Fe

Como siempre le debo una multitud de gracias a varias personas que me han ayudado tremendamente con esta u otras obras que se han publicado ...
Diccionario Espiritual

Diccionario Espiritual

Si somos honrados con nosotros mismos, tenemos que reconocer que todos necesitamos saber adonde vamos, necesitamos claridad y verdad. Pero nos gustaría recibir todo esto ...
Biblia, Fe, Vida

Biblia, Fe, Vida

 No es lo mismo leer un libro de poesías, que de historia o una novela, una obra de teatro, una carta o un código de ...
Los masones

Los masones

La masonería, en general, y los masones, en particular, son desconocidos del gran público. Se podría señalar que es lógico que así sea en la ...
Donum Veritatis

Donum Veritatis

1. La verdad que hace libres es un don de Jesucristo (cf. Jn 8, 32). La búsqueda de la verdad es una exigencia de la ...
El amor a la Cruz o los amigos de la Cruz

El amor a la Cruz o los amigos de la Cruz

  La divina cruz me tiene escondido y me prohíbe hablar. No me es posible –y tampoco lo deseo– dirigiros la palabra a fin de ...
Las siete palabras de Jesús y de María

Las siete palabras de Jesús y de María

LA primera palabra de la Santísima Virgen María ¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen? Lucas 1:34 La primera palabra de Nuestro Señor Padre, ...
Poesías del libro Espejo y Enigma

Poesías del libro Espejo y Enigma

¡OH DIOS crucificado! ¿Se te acabó la sangre? ¡Responde, Jesucristo! ¿Ya no eres Redentor? ¡Ha muerto la esperanza sobre tu rostro exagüe!… ¿Transido de impotencia ...
Madre Esperanza

Madre Esperanza

EL MIRADOR DE LA MISERICORDIA Hace no mucho tiempo, un hermano mío, padre de tres hijos, me comentaba: “Lo importante no es tener un hijo, ...
Cristo y los Fariseos

Cristo y los Fariseos

Cosas que conocen todos Pero que nadie cantó (Martin Fierro) Toda la biografía de Jesús de Nazareth como hombre se puede resumir en esta fórmula: ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta