La entrañable misericordia de nuestro Dios

Alfonso Crespo Hidalgo

Introducción

«Misericordiosos como el Padre es el lema del Año Santo. En la misericordia tenemos la prueba de cómo Dios ama. Él da todo sí mismo, por siempre, gratuitamente y sin pedir nada a cambio. Viene en nuestra ayuda cuando lo invocamos. Es bello que la oración cotidiana de la Iglesia inicie con estas palabras: Dios mío, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme (Sal 70,2). El auxilio que invocamos es ya el primer paso de la misericordia de Dios hacia nosotros. Él viene a salvarnos de la condición de debilidad en la que vivimos. Y su auxilio consiste en permitirnos captar su presencia y cercanía. Día tras día, tocados por su compasión, también nosotros llegaremos a ser compasivos con todos» (Misericordiae vultus, 14).

«Date prisa en socorrernos»: esta súplica late, hoy, en el corazón de muchos y como un coro herido resuena en amplias partes de la tierra. Necesitamos la misericordia de Dios que viene a socorrernos como el mejor bálsamo para el corazón roto de una humanidad que tiene escrita, en su propia naturaleza, la promesa de bienaventuranza y aspira a la felicidad. La misericordia es el lazo de unión entre Dios y el hombre, «porque en la misericordia tenemos la prueba de cómo Dios ama. Él da todo sí mismo, por siempre, gratuitamente y sin pedir nada a cambio…»[6] y abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado. La misericordia de Dios ensancha el corazón humano para que tenga acogida el amor infinito de nuestro Dios.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios

«Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz» (Lc 1,78-79). Cada mañana, en la oración de Laudes, la Iglesia alaba a Dios con este bello cántico del Benedictus, entonado por Zacarías. Al padre de san Juan Bautista se le soltó la lengua, retenida por su falta de fe y esperanza, y alabó a Dios por el nacimiento de ese hijo que cambió su vida y que anunciará la Buena Noticia que cambiará la vida de toda la humanidad. Este bello himno, recogido por el evangelista san Lucas (cf Lc 1,68-79), es proclamado desde antiguo en la liturgia de la comunidad cristiana.

El mismo evangelista lo define como un canto profético, surgido del soplo del Espíritu Santo. «Zacarías, su padre, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo: “Bendito sea el Señor; Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo”» (cf Lc 1,67-68). Este cántico es, pues, una lectura profética de la historia, o sea, el descubrimiento del sentido íntimo y profundo de todos los acontecimientos humanos, guiados por la mano oculta pero operante del Señor, que se entrelaza con la más débil e incierta del hombre. Zacarías profetiza con su cántico la hora definitiva de la historia de la salvación que, luego, anunciará cercana su hijo Juan. El cántico alaba a Dios con palabras antiguas, de sabor bíblico, y dotadas de nuevo contenido. La primera parte del cántico es un salmo escatológico que ensalza los grandes hechos de Dios en la historia de la salvación (Lc 1,68-75). La segunda parte es un cántico de felicitación por el nacimiento del niño Juan y anuncio de su misión: «irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados» (Lc 1,76-77).

Juan el Bautista será la voz que grita en el desierto la llegada del Mesías Salvador (cf Lc 3,3-6). La salvación consiste en el perdón de los pecados. Aquel a quien se le perdonan los pecados se ve liberado y rescatado de un poder que ata más que las manos de los enemigos y de los que odian (cf Lc 1,71). El tiempo de salvación, para el que Juan prepara, es el tiempo de la misericordia de nuestro Dios, anunciada ya a nuestros padres y mantenida en fidelidad hasta este tiempo definitivo.

Ahora se cumple esto: «por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto…» (Lc 1,78). Por la misericordia de Dios, viene el sol de lo alto, el Mesías. La humanidad, que estaba envuelta «en tinieblas y sombras de muerte», es iluminada por un resplandor desbordante (cf Lc 1,79). Como había anunciado el profeta Isaías, «el pueblo que andaba en tinieblas vio una luz grande; sobre los que habitaban en la tierra de sombras de muerte resplandeció una brillante luz» (Is 9,1); el profeta Malaquías presentará esta luz como «un sol de justicia que lleva la salud en sus rayos» (Mal 3,20). Este sol «guiará nuestros pasos por el camino de la paz» (Lc 1,79). Esta es «la gran misericordia» de Dios que nos visita y anuncia la redención de los oprimidos por el pecado y por la muerte.

Beda el Venerable (siglo VII-VIII), en su Homilía para el nacimiento de san Juan Bautista, comentaba el Cántico de Zacarías: «El Señor (…) nos ha visitado como un médico a los enfermos, porque para sanar la arraigada enfermedad de nuestra soberbia, nos ha dado el nuevo ejemplo de su humildad; ha redimido a su pueblo, porque nos ha liberado al precio de su sangre a nosotros, que nos habíamos convertido en siervos del pecado y en esclavos del antiguo enemigo. (…) Cristo nos ha encontrado mientras yacíamos en tinieblas y sombras de muerte, es decir, oprimidos por la larga ceguera del pecado y de la ignorancia. (…) Nos ha traído la verdadera luz de su conocimiento y, habiendo disipado las tinieblas del error, nos ha mostrado el camino seguro hacia la patria celestial… Que en nuestros labios esté siempre su alabanza, conservemos su recuerdo y, por nuestra parte, proclamemos la virtud de aquel que “nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable” (1Pe 2,9)»[7].

Iniciamos cada jornada, y caminamos en la vida, teniendo como punto de referencia esa luz. Y nuestros pasos inciertos, que durante el día a menudo se desvían por senderos oscuros y resbaladizos, están sostenidos por la claridad de la verdad que Cristo difunde en el mundo y en la historia. La Iglesia entona en alabanza el cántico de Zacarías cada mañana, cuando al salir el sol se disipan las tinieblas de la noche. Lo reza, también, junto al sepulcro. En efecto, sobre la oscura noche de la muerte brilla la aurora de lo alto: Cristo, que con su resurrección venció el señorío del pecado y de la muerte y trae la restauración de todo en un nuevo universo (cf Ap 21,3-4).

Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación

«La misericordia de Dios llega a sus hijos de generación en generación» (Lc 1,50). Al atardecer, en el rezo de Vísperas, la Iglesia proclama el cántico del Magníficat (cf Lc 1,46-55). «Magníficat» es la primera palabra latina con que comienza el cántico o himno de alabanza y acción de gracias que profirió la Virgen María al visitar a Isabel (cf Lc 1,46-55). El cántico del Magníficat ha salido de la fe profunda de María en la Visitación y en él se vislumbra su experiencia personal, el éxtasis de su corazón. María celebra la pobreza de su corazón, la predilección de Dios por los hambrientos, los humildes, los pobres…, la fidelidad de Dios. El Magníficat es un canto que revela con acierto la espiritualidad de los anawim bíblicos, es decir, de los fieles que se reconocían pobres no solo por su alejamiento de cualquier tipo de idolatría de la riqueza y del poder, sino también por la profunda humildad de su corazón, rechazando la tentación del orgullo.

Comenta Benedicto XVI: «El primer movimiento del Magníficat (cf Lc 1,46-50) es una especie de voz solista que se eleva hacia el cielo para llegar hasta el Señor. Escuchamos precisamente la voz de la Virgen que habla así de su Salvador, que ha hecho obras grandes en su alma y en su cuerpo. En efecto, conviene notar que el cántico está compuesto en primera persona: “Mi alma… Mi espíritu… Mi Salvador… Me felicitarán… Ha hecho obras grandes por mí…”. Así pues, el alma de la oración es la celebración de la gracia divina, que ha irrumpido en el corazón y en la existencia de María, convirtiéndola en la Madre del Señor»[8]. Este testimonio personal, sin embargo, no es solitario e intimista, puramente individualista, porque la Virgen Madre es consciente de que tiene una misión que desempeñar en favor de la humanidad y de que su historia personal se inserta en la historia de la salvación de todos los hombres. Así puede decir: «Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación» (v. 50). Con esta alabanza al Señor, la Virgen se hace portavoz de todos los creyentes, que, en su Hijo Jesucristo, encuentran la misericordia de Dios.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


Fuga y retorno de Teresa de Ávila

Fuga y retorno de Teresa de Ávila

Mi curiosidad por Teresa de Ávila es una rica herencia recibida de una profunda amistad. Cuando Martín me hablada de la Santa, notaba que se ...
El Galileo Eterno

El Galileo Eterno

¿Cómo puede el alma hallar a Dios? Es un hecho psicológico que sólo siendo pequeños podemos descubrir algo grande. Esta ley, llevada al nivel espiritual, ...
Dios es joven

Dios es joven

Por una revolución de la ternura Dios es joven, es siempre nuevo. Estábamos sentados frente a frente en una sala de la planta baja de ...
La grandeza del amor

La grandeza del amor

Es cierto, ¡certísimo!, diría yo, lo que cantaban los Beatles: All you need is love («Todo lo que necesitas es amor»). El ser humano no ...
Summa Daemoniaca

Summa Daemoniaca

 He optado por escribir un libro al modo de los antiguos tratados escolásticos, es decir una obra distribuida en infinidad de cuestiones de heterogénea extensión ...
¿Dios existe?

¿Dios existe?

Al comienzo del tercer milenio, y precisamente en el ámbito de su expansión original, Europa, el cristianis­mo se encuentra inmerso en una profunda crisis que ...
Isaías 40-55. El desierto florecerá

Isaías 40-55. El desierto florecerá

Hace algún tiempo se me ocurrió que los capítulos 40-55 del libro del profeta Isaías -que se suele conocer como Deuteroisaías o Segundo Isaías- podían ...
Ven, sé mi luz

Ven, sé mi luz

 Durante décadas, Madre Teresa y su obra suscitaron un enorme interés público. A la vista de toda la atención que recibió durante su vida, y ...
Jubileo de la Misericordia

Jubileo de la Misericordia

Misericordiæ Vultus FRANCISCO OBISPO DE ROMA SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS A CUANTOS LEAN ESTA CARTA GRACIA, MISERICORDIA Y PAZ Jesucristo es el rostro ...
Un exorcista entrevista al diablo

Un exorcista entrevista al diablo

EL AUTOR no está entre los que se avergüenzan de creer en la existencia del Diablo y de su nefasta actividad en el mundo y ...
El Pobre de Nazaret

El Pobre de Nazaret

HABÍAN transcurrido aproximadamente dos jornadas desde que salieron de Nazaret. La primavera había estallado silenciosamente, y el valle de Esdrelón era una alfombra verde y ...
Orar y Meditar con el Evangelio - Domingos y Fiestas

Orar y Meditar con el Evangelio – Domingos y Fiestas

En el discurso sobre el pan de vida, Jesús dijo a los que lo escuchaban: “Las palabras que les he dicho son espíritu y vida” ...
El Alma de Todo Apostolado

El Alma de Todo Apostolado

Ex quo omnia per quem omnia in quo omnia. Dios altísimo y Bondad Absoluta. Qué admirables y deslumbradoras son las verdades de la Fe, que ...
Obras completas de Fray Luis de León

Obras completas de Fray Luis de León

Fray Luis de León (1527-1591) desde joven se consagró a la iglesia, y tomó el hábito de San Agustín, habiendo ingresado en el convento de ...
La Incógnita del Hombre

La Incógnita del Hombre

El que ha escrito este libro no es un filósofo. No es más que un hombre de ciencia. Pasa la mayor parte de su vida ...
El joven de carácter

El joven de carácter

Al inaugurarse un nuevo curso comienzan las visitas de los muchachos a mi despacho. Los nuevos llaman a mi puerta con recelo, los ya conocidos ...
Tratado de la oración y meditación

Tratado de la oración y meditación

Tratado de la oración y meditación compuesto por el padre Fray Pedro de Alcántara, fraile menor de la Orden del Bienaventurado San Francisco, dirigido al ...
La familia que alcanzó a Cristo

La familia que alcanzó a Cristo

La Hermana Superiora dejó el libro cuidadosamente. Era una "Vida de San Bernardo de Clairvaux". Después, con tono de reproche, exclamó: —¡Ya le daría yo ...
Dar de beber al sediento: La vida como valor supremo

Dar de beber al sediento: La vida como valor supremo

[...] muéstrate piadoso y clemente, porque, aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea, a nuestro ver, el de la misericordia ...
La alegría de Belén

La alegría de Belén

Empezaba la primavera. La Navidad había quedado bastante atrás, pero la multitud de peregrinos que estaba a nuestro alrededor cantaba O Little Town of Bethlehem ...
Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional

Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional

«Os he dicho esto para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea perfecto» (Jn 15,11): este es el proyecto de Dios para ...
Navidad es Jesús

Navidad es Jesús

Navidad es un tiempo especial, un tiempo siempre nuevo, un tiempo de gozo y alegría profundos; un tiempo de fe y de esperanza, de paz ...
El Viejo Trueno: Biografía de Hilaire Belloc

El Viejo Trueno: Biografía de Hilaire Belloc

Durante mi trabajo en este libro, para mí ha sido una bendición la ayuda y colaboración de varios de los descendientes de Belloc. He pasado ...
Libro de las Visiones e Instrucciones de Angela de Foligno

Libro de las Visiones e Instrucciones de Angela de Foligno

En verdad, la experiencia de los creyentes comprueba, penetra y toca con la mano al Verbo de vida que se hizo carne. El mismo lo ...
Amar al mundo apasionadamente

Amar al mundo apasionadamente

Con mucha alegría escribo unas líneas para la edición especial de la homilía Amar al mundo apasionadamente, preparada con ocasión del 40.º aniversario del día ...
¿El hombre desciende del mono?

¿El hombre desciende del mono?

Como lo haremos ver en el curso de este Folleto, principalmente en los Capítulos 6.01 a 6.04, está científicamente probado que el hombre no desciende ...
Teresa de Jesús: Vida, mensaje y actualidad de la Santa de Ávila

Teresa de Jesús: Vida, mensaje y actualidad de la Santa de Ávila

De Carlos Ros conservo un nítido recuerdo de los años que pasamos juntos en la Universidad Pontificia de Comillas (Santander) a pesar de que ha ...
La fe que vence al mundo

La fe que vence al mundo

Este libro reúne las meditaciones propuestas a la Casa Pontificia, en presencia del papa Benedicto XVI, en el adviento de 2005 y en la cuaresma ...
Ecología Eucarística

Ecología Eucarística

Allá por los años sesenta oí una frase que me llamó fuertemente la atención: “A la Eucaristía se le da cada vez menos importancia”. Desde entonces ...
Introducción al profetismo bíblico

Introducción al profetismo bíblico

Desde 1992, fecha de su publicación, Profetismo en Israel ha tenido siete reediciones sin cambio alguno. Hace tres años vi la necesidad de actualizar la ...
Un Papa convincente Benedicto XVI

Un Papa convincente Benedicto XVI

Benedicto XVI: un Papa con identidad propia Un Papa que cae bien a los italianos Había sido elegido Papa seis días antes (19 de abril ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta