La Pasión del Señor

lapasion

P. Luis de La Palma

Preámbulo

Después de la resurrección de Lázaro

La Pasión y Muerte con que nuestro Rey y Salvador Jesucristo dio fin a su vida y predicación en el mundo es la cosa más alta y divina que ha sucedido jamás desde la creación. Vivió, padeció y murió para redimir a los hombres de sus pecados y darles la gracia y la salvación eterna. Por cualquier parte que se mire es así, por parte de la persona que padece o mirando la razón por la que sufre es tan grande el misterio que nada igual puede ya suceder hasta el fin del mundo.

Para mayor claridad, me parece conveniente exponer antes de un modo breve el motivo por el que los pontífices y fariseos determinaron en consejo dar una muerte tan humillante a un Señor que, aunque no se quisiera ver lo demás, fue, innegablemente, un gran profeta y un gran bienhechor de su pueblo.

Fue tan evidente y se divulgó de tal modo el milagro de la resurrección de Lázaro, fue tanta su luz, que aquellos judíos acabaron por volverse ciegos del todo. Aunque “muchos creyeron”, otros, movidos por la envidia, fueron a Jerusalén para contar y murmurar de lo que en Betania había sucedido. Por este motivo “se reunieron los pontífices y fariseos en consejo”, y decidieron poner fin a la actuación del Señor porque, de no hacerlo así, “todos creerían en Él”, y decidieron poner fin a la actuación del Señor porque, de no hacerlo así, “todos creerían en Él”, y los romanos podrían pensar que el pueblo se amotinaba y se rebelaba contra ellos y, en represalia, “destruirían el Templo y la ciudad”.

Con este miedo, o quizá disimulando su envidia y su odio hacia Jesús con falsas razones de interés público, no encontraron otro camino para atajar aquellos milagros que acabar con Él y, así, decidieron dar muerte al Salvador. El Espíritu Santo movió a Caifás, por respeto a su oficio y dignidad de sumo sacerdote, quien promulgó la resolución a la que había llegado el Consejo: “Es conveniente que muera un hombre solo para que no sea aniquilada toda la nación”. “Y este dictamen no lo dio él por cuenta propia, sino que, como era pontífice aquel año, profetizó que Cristo nuestro Señor había de morir por su pueblo: y no solamente por el pueblo judío, sino también por reunir a las ovejas que estaban disgregadas” y llamar a la fe a los que estaban destinados a ser “hijos de Dios”. Desde este día estuvieron ya decididos a matarle; y como si fuera un enemigo público, hicieron un llamamiento general diciendo que “todos los que sepan dónde está lo digan, para que sea encarcelado” y se ejecute la sentencia.

Queda bien patente la maldad de estos llamados jueces, porque primero dieron la sentencia, y sólo después hicieron el proceso. Dieron la sentencia de muerte en este Consejo y el acusado estaba ausente, no le tomaron declaración ni le oyeron en descargo del delito que se le imputaba; y es que solamente les movía la envidia por los milagros que el Señor hacía, y el miedo a perder su posición económica y su poder político y religioso.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


No se han encontrado entradas.
El discernimiento. La novedad del Espíritu y la astucia de la carcoma

El discernimiento. La novedad del Espíritu y la astucia de la carcoma

Hace algunos años me regalaron un cuadro de madera en cuya superficie habían grabado a fuego un paisaje caribeño con una dedicatoria. Cuando mi hermana ...
Poesías de Santa Teresita de Jesús

Poesías de Santa Teresita de Jesús

Tú eres, Jesús, la flor que acaba de entreabrirse, contemplando aquí estoy tu despertar primero. Tú eres, Jesús, la encantadora rosa, el capullito fresco, gracioso ...
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia

Tengo el agrado de presentar el documento Compendio de la doctrina social de la Iglesia, elaborado, según el encargo recibido del Santo Padre Juan Pablo ...
Doce parábolas cimarronas

Doce parábolas cimarronas

Hemos desglosado estas doce parábolas en diálogo de nuestro libro Las Parábolas de Cristo, por aconsejarlo la conveniencia editorial —⁠y también literaria. En ese libro ...
Muéstrame Tu Rostro

Muéstrame Tu Rostro

Muchas cosas enseña la experiencia de la vida a lo largo de cinco años. Por eso decidí reescribir Muéstrame tu rostro, escrito hace cinco años ...
Beata Jacinta Marto (Ilustrado)

Beata Jacinta Marto (Ilustrado)

En Aljustrel, pequeño barrio situado a unos ocho­cientos metros de Fátima, nació Jacinta el 11 de marzo de 1910. Era la más pequeña de los ...
¿El hombre desciende del mono?

¿El hombre desciende del mono?

Como lo haremos ver en el curso de este Folleto, principalmente en los Capítulos 6.01 a 6.04, está científicamente probado que el hombre no desciende ...
Sobre las siete palabras pronunciadas por Cristo en la Cruz

Sobre las siete palabras pronunciadas por Cristo en la Cruz

Obsérvenme, ahora, por cuarto año, preparándome para la muerte. Habiéndome retirado de los negocios del mundo a un lugar de reposo, me entrego a la ...
Dios te Salve, Reina y Madre

Dios te Salve, Reina y Madre

Unos meses antes de morir, Santa Teresa de Lisieux realizó su sueño de expresar en forma de canción todo lo que pensaba sobre la Virgen ...
La Imitación de Cristo

La Imitación de Cristo

QUIEN me sigue no anda en tinieblas (Jn., 8, 12), dice el Señor. Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos amonesta que imitemos ...
Donum Veritatis

Donum Veritatis

1. La verdad que hace libres es un don de Jesucristo (cf. Jn 8, 32). La búsqueda de la verdad es una exigencia de la ...
El Hombre que sabía demasiado

El Hombre que sabía demasiado

Harold March, el nuevo y renombrado periodista político, paseaba con aire decidido por una meseta en la que, desde hacía tiempo, se iban sucediendo por ...
Razones para creer

Razones para creer

El interrogante sobre la fe constituye el reto principal al que se enfrenta el mundo contemporáneo. ¿Existe o no existe Dios? Si existe, ¿planea por ...
El Misterio de Cristo en la historia de la salvación

El Misterio de Cristo en la historia de la salvación

La condición capital para entender la Sagrada Escritura es situarse en la perspectiva que le es propia, la que guiaba a los autores bíblicos cuando ...
Caminando por Roma

Caminando por Roma

Nostradamus, que en muchas de sus profecías se reveló como un gran adivino, a Dios gracias se equivocó al predecir el fin del mundo para ...
La libertad, ¿para qué?

La libertad, ¿para qué?

Diciembre de 1946 — primavera de 1947 Un profeta no es profeta de verdad sino después de su muerte, y hasta ese momento no es ...
El Espíritu Santo

El Espíritu Santo

Estamos en un nuevo milenio. El Papa san Juan Pablo II lo ha nombrado el milenio del laico. Varios obispos lo resuenan con sus propias ...
El cuarto vidente de Fátima

El cuarto vidente de Fátima

LAS PIEZAS SUELTAS Fátima encierra aún hoy, más de un siglo después de las apariciones, personajes y hechos muy desconocidos, pero cuya trascendencia no debe ...
A cada cual su misión

A cada cual su misión

Una psicóloga, que trabaja en medios hospitalarios, me confiaba que dedicaba la mayor parte de su tiempo no a escuchar a los pacientes, sino a ...
Vivir hasta despedirnos: Fotografías de Mal Worshaw

Vivir hasta despedirnos: Fotografías de Mal Worshaw

Conocí a Mal Warshaw a través de un amigo que estaba al tanto de mi trabajo con pacientes en fase terminal y también del interés ...
Los Diez Mandamientos

Los Diez Mandamientos

  1. TRES cosas le son necesarias al hombre para su salvación: el conocimiento de lo que debe creer, el conocimiento de lo que debe ...
Encíclicas del Papa Benedicto XVI

Encíclicas del Papa Benedicto XVI

1. « Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él » (1 Jn 4, 16). Estas palabras ...
La infancia de Jesús

La infancia de Jesús

Finalmente puedo entregar en manos del lector el pequeño libro prometido desde hace tiempo sobre los relatos de la infancia de Jesús. No se trata ...
Jesús, hoy

Jesús, hoy

Este es un libro maravillosamente fresco y vibrante. Aunque Albert Nolan escribió «¿Quién es este hombre?»: Jesús, antes del cristianismo hace más de treinta años, ...
La oración, camino de amor

La oración, camino de amor

Hay muchos libros excelentes sobre la oración. ¿Es de verdad necesario otro más? Sin duda, no. Ya escribí uno sobre el tema hace algunos años, ...
El hombre eterno

El hombre eterno

En algún pasaje de su suculenta Autobiografía. Chesterton nos confiesa que su acercamiento a la Iglesia católica fue primeramente una expresión de curiosidad. La execración ...
Oración de consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Oración de consagración al Sagrado Corazón de Jesús

¡Señor mío y Dios mío Jesucristo! adoro reverentemente tu corazón inflamado de amor y herido por nuestros pecados, quiero ratificar cada día mi consagración bautismal ...
Lecciones de vida

Lecciones de vida

Todos tenemos lecciones que aprender en el transcurso de este tiempo llamado vida, y esto se hace especialmente patente cuando se trabaja con moribundos. Los ...
El peregrino ruso

El peregrino ruso

  Por la gracia de Dios soy hombre y soy cristiano; por mis actos, gran pecador; por estado, peregrino de la más baja condición, andando siempre ...
Yo creo

Yo creo

«Yo creo». El título mismo de este libro, de cierta incorrección política para un contemporáneo, despierta el interés y parece indicar ya la oportunidad de ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta