Homilías sobre el evangelio de San Mateo

San Juan Crisóstomo

PRÓLOGO

San Juan Crisóstomo, luminar mayor de la Iglesia universal, que sólo tiene par, en Occidente, con San Agustín, y el más grande, sin duda, de los Padres de lengua griega, comparte con otros genios o ingenios de la antigüedad, Aristóteles, por ejemplo, la gloria de que todo el mundo los cite o, por lo menos, los nombre y nadie o casi nadie los lea. Altísima gloria, a la postre, pues son nombres que se han convertido en símbolos. Aun quienes no saben una palabra de filosofía griega —y son legión innúmera— saben, de oídas desde luego, que Aristóteles fue un grande, si no el más grande de los filósofos griegos; y quienes no han leído jamás una homilla de San Juan Crisóstomo —y son también número infinito— saben que fue el más grande orador cristiano, y hasta conocen la etimología de su sobrenombre, que complacientemente nos explican: Crisóstomo, «el de la boca de oro». Claro que a lo mejor se imaginan que así debió de llamarse a nativitate, como si hubiera nacido ya perorando, e ignoran que sólo a partir del siglo VI se le llamó «boca de oro” y que, en fin, ese mismo sobrenombre, un sí es no es pedante, lo llevó Dión de Prusia, rétor y filósofo cínico contem- poráneo y amigo de Trajano. Pero esto son ya minucias de erudición, que sólo los ociosos tienen obligación de saber.

Pero de esta casi total y casi universal ignorancia de la obra de San Juan Crisóstomo (y lo mismo, mutatis mutandis, cabria decir de la de Aristóteles), no toda la culpa es achacable a la también casi total y casi universal falta de ocio de que padecen los hombres de nuestro tiempo. Cierto. ¿Quién lee hoy a San Juan Crisóstomo? Pero ¿quién lo puede leer? No es sólo que sobre sus obras pese la ignominiosa sentencia que no sé quién pronunció: Graecunt est. non legitur… (Cosa notable: en tiempos de Cicerón, bastante anteriores a San Juan Crisóstomo y remotísimos ya de los nuestros, la sentencia sonaba de modo totalmente contrario: Graeca per fere omnia leguntur.)

Pero si en griego no, pudiera leerse a San Juan Crisóstomo en latín, pues las versiones son tan antiguas como las ediciones del texto original. Erasmo ofreció la suya a los hombres del Renacimiento. Montfaucon, mejorando la obra de varios ante- cesors, compuso otra para su gran edición de las Opera omnia (1718-38), que pasó naturalmente a los grandes tomos de Migne (PG 46-64). Pero ¿quien tiene hoy arrestos para cargar sobre sus hombros y echarse al coleto uno de los trece volúmenes de edición montfauconiana o los dieciocho de Migne, que parecen obras de cíclopes y que, apilados, forman una ingente muralla, buena para parapetarnos tras ella en caso de peligro, pero mala, francamente mala, para incitar la más leve apetencia de lectura? ¡Allá están los gruesos volúmenes, con un dedo de docto polvo, en los estantes últimos de las viejas bibliotecas, cuando no se los ha subido a los desvanes, para que duerman más tranquilos el sueño secular de su mole y de su polvo!

La mole misma, pues, de la obra de San Juan Crisóstomo nos abruma con sola su vista. y tácitamente argumentamos que, pues no hemos de dar cabo a su lectura, tampoco vale la pena comenzarla. Falsa argumentación, sin duda, y pobre consuelo de pequeñez primera de alma. Al montañero nato, la cima misma, aun inaccesible y por inaccesible, le invita a la ascensión y es un honor el mero intento de escalada.

Y hablamos de las ediciones en griego y en latín, como esta ciclópea del gran maurino Bernardo de Montfaucon, cuyo tomo séptimo llena en estos momentos toda mi mesa de estudio. ¿Qué hará quien no lea ni el griego ni el latín? Y la verdad es que ni una ni otra lengua son de fácil lección. A mi el griego se me ha hecho siempre dificil, aun después de mis veinticinco primeros años de estudio. Y otros me han confesado que el latín precisamente de la versión de las Homilias “in Matthaeam” de San Juan Crisóstomo les sigue sonando a griego y no es tampoco un incitante a la lectura. Habría, pues, que pensar en buscar unas páginas de San Juan Crisóstomo en castellano. Pero ¿dónde hallar esas páginas? Páginas, naturalmente, que habrán de ser de buen castellano y de buen San Juan Crisóstomo, pues de lo contrario valdrá más no leerlas. Pues bien, el último intentos serio de acercar San Juan Crisóstomo a los lectores españoles data de 1905, en que el P. Florentino Ogara publica sus tres volúmenes de Homilías selectas. Lo posteriormente publicado, incluso un desdichado librillo mío, no merece mención ninguna, y el lector hará muy bien en desdeñarlo—mi desdichado librillo ante todo.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


Homilías sobre el Evangelio según San Juan

Homilías sobre el Evangelio según San Juan

Los editores de la presente edición advierten que en las Homilías sobre el evangelio de San Juan nos encontramos con un género de predicación en ...
Textos de San Juan Crisóstomo

Textos de San Juan Crisóstomo

San Juan Crisóstomo es el representante más importante de la Escuela de Antioquía y uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia en Oriente ...
Libros sobre el sacerdocio

Libros sobre el sacerdocio

  Los libros que escribió San Juan Crisóstomo sobre el sacerdocio han sido mirados siempre como la obra más sobresaliente entre todas las que nos ...
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo

Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo

Después de haber escrito un libro titulado ¿QUIEN ES JESUCRISTO? y otro ¿QUIEN ES EL ESPIRITU SANTO?, Me decidido a escribir el presente ¿QUIEN ES ...
Sobre el cielo y la tierra

Sobre el cielo y la tierra

El Rabino Abraham Skorka hizo referencia, en un escrito, al frontispicio de la Catedral Metropolitana que representa el encuentro de José con sus hermanos. Décadas ...
Cartas de Nicodemo

Cartas de Nicodemo

Esta enfermedad. Justo, me está destrozando. Antes yo era un hombre lleno de energía, sabia mostrarme suave y comprensivo con los que me rodeaban. No ...
El Bautismo según los Padres Griegos

El Bautismo según los Padres Griegos

El bautismo, común a numerosas religiones, simbolizaba particularmente para lo esenios, el esfuerzo por una vida pura, la aspiración a la gracia purificadora. Con la ...
Dei Verbum

Dei Verbum

2. Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por ...
El Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento

Es la parte de la Biblia cristiana compuesta por un conjunto canónico de libros y cartas escritas después del nacimiento de Jesús de Nazaret, que la tradición apostólica hizo discernir ...
Notas históricas del santuario de la quinta aparición guadalupana en El Tulpetlac

Notas históricas del santuario de la quinta aparición guadalupana en El Tulpetlac

Que la Quinta Aparición Guadalupana fue en Tulpetlac es tradición inmemorial, antigua ya cuando el testigo más cualificado de las “Informaciones de 1666”, el “Príncipe ...
Rosa Mística

Rosa Mística

La Palabra eterna decretó descender a la tierra y no lo hizo sólo a medias, sino que lo hizo para ser un hombre como todos ...
La rueda de la vida

La rueda de la vida

Tal vez esta introducción sea de utilidad. Durante años me ha perseguido la mala reputación. La verdad es que me han acosado personas que me ...
Mujeres de luz

Mujeres de luz

NIÑA DE OJOS GRANDES «La vejez es la pérdida de la curiosidad». AZORÍN Siempre he sido curiosa… Tanto que hasta esa afición mía de quererme ...
El tiempo que se aproxima

El tiempo que se aproxima

«Cuando empiecen a suceder estas cosas, vosotros nos os amilanéis; levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación» (Lc. 21,28). ES un hecho que en ...
Gaudete et exsultate

Gaudete et exsultate

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA SOBRE EL LLAMADO A LA SANTIDAD EN EL MUNDO ACTUAL 1. «Alegraos y regocijaos» (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos ...
Lo eterno sin disimulo

Lo eterno sin disimulo

La fe es un tesoro enorme, como un caudal abundante e inagotable de bienes; y el creyente de fe limpia, profundamente enraizada, de fe fecunda ...
Preparación para la muerte

Preparación para la muerte

Pedíanme algunas personas que les proporcionase un libro de consideraciones sobre las verdades eternas para las almas que desean perfeccionarse y adelantar en la senda ...
San Miguel Arcángel de Dios

San Miguel Arcángel de Dios

A Mikael, o sea al Arcángel San Miguel, le compete un papel preponderante en los tiempos que vivimos. Tratemos, pues, de desentrañar, a la luz ...
Una Visita de Dios

Una Visita de Dios

Uno de los enigmas más inquietantes que la Humanidad ha tenido siempre ante sí es el sufrimiento. ¿Por qué sufrimos?, ¿por qué sufrimos tanto? ¿por ...
La verdad sobre la inquisición

La verdad sobre la inquisición

No pocas veces, algunos Miembros de nuestra Sociedad nos han solicitado un Folleto tratando de la Inquisición; pero no nos habíamos resuelto a publicarlo principalmente ...
Masonería

Masonería

NACE este libro como una necesidad viva, pues son muchos los españoles que, dentro y fuera del país, anhelan conocer la verdad y alcance de ...
Restañar la herida del que sufre, mi hermano

Restañar la herida del que sufre, mi hermano

Este prefacio está dirigido a quienes no han leído entregas anteriores de un libro que he titulado “Adán, Jesucristo y nosotros”. Para terminar de entender ...
Cuentos Rodados

Cuentos Rodados

Queridos muchachos: Tal vez ustedes no sepan lo que es un laque. Así llaman los araucanos mapuches a la piedra de la boleadora. Cuando la ...
Rosario de San Miguel Arcangel

Rosario de San Miguel Arcangel

El Rosario de San Miguel Arcángel consiste de un Padrenuestro y tres veces el Ave María, en honor de cada Coro Angelical. Padre Nuestro, que ...
El soplo del Espíritu

El soplo del Espíritu

ESTE libro incita a los lectores a centrar su atención y, sobre todo, su vida espiritual, en la figura del Espíritu Santo y en la ...
Liturgia de las horas según El Rito Romano

Liturgia de las horas según El Rito Romano

Oración del atardecerI Vísperas (D. I) La invocación inicial como en el Ordinario (Textos comunes), p. 007. HIMNO Tiempo ordinario: Como una ofrenda de la ...
La sabiduría de la humildad

La sabiduría de la humildad

Algunas personas nacen con el don de la pintura, otras con la capacidad para realizar hermosas esculturas, pero aquí vamos a descubrir a alguien capaz ...
Con María, multiplicando migas...

Con María, multiplicando migas…

Susana Ratero es una querida amiga y hermana en Cristo. No recuerdo cuándo fue que la conocí, pero tengo la impresión de que siempre fuimos ...
Tratado del Amor de Dios

Tratado del Amor de Dios

Queridos jóvenes: Recordad aquella frase tan preciosa del beato Juan Pablo II: "El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ...
Quanta Cura, Carta Encíclica

Quanta Cura, Carta Encíclica

 Con cuánto cuidado y pastoral vigilancia cumplieron en todo tiempo los Romanos Pontífices, Nuestros Predecesores, la misión a ellos confiada por el mismo Cristo Nuestro ...
Cruzando el umbral de la esperanza

Cruzando el umbral de la esperanza

  Siento un especial afecto, naturalmente, por los colegas -periodistas y escritores- que trabajan en la televisión. Por eso, a pesar de repetidas invitaciones, nunca ...
Las cinco festividades del Niño Jesús

Las cinco festividades del Niño Jesús

Dado que, según el parecer y la doctrina de aquellos hombres venerables que la irradiación divina más ampliamente ilustró en la Iglesia de Dios, y ...
Teología del Cuerpo

Teología del Cuerpo

(5-IX-79/9-IX-79) «El Creador al principio los hizo hombre y mujer» (Mt 19,4; Mc 10,6) 1. Desde hace algún tiempo están en curso los preparativos para ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta