Los hermanos Karamázov

Fiódor Dostoyevski

Del autor

Al comenzar la biografía de mi héroe, Alekséi Fiódorovich Karamázov, me siento un tanto confuso. Y es que, por más que llame a Alekséi Fiódorovich mi héroe, sé muy bien que no se trata de un gran hombre, ni mucho menos, así que ya me estoy imaginando preguntas como éstas: ¿qué tiene de notable su Alekséi Fiódorovich para haberlo escogido como su héroe? ¿Ha hecho algo especial? ¿Quién lo conoce y por qué motivo? ¿Por qué debería yo, como lector, perder mi tiempo estudiando los hechos de su vida?

La última pregunta es la más decisiva, pues solo puedo responder a ella de este modo: «Tal vez lo vean ustedes mismos en la novela». Pero ¿y si leen la novela y no lo ven? ¿Y si no están de acuerdo en la singularidad de mi Alekséi Fiódorovich? Si hablo así es porque intuyo, con pesar, que puede ocurrir algo semejante. Para mí, es un individuo notable, pero no estoy muy seguro de si seré capaz de demostrárselo al lector. El caso es que, seguramente, se trata de un hombre de acción, pero un hombre de acción impreciso, que no ha acabado de manifestarse con claridad. Por otra parte, en los tiempos que corren resultaría extraño exigirle a nadie claridad. Con todo, hay algo que parece indudable: se trata de un tipo raro, extravagante incluso. Pero la rareza, la extravagancia, no dan precisamente derecho a reclamar la atención ajena, sino que más bien perjudican, sobre todo cuando todo el mundo procura conectar los casos aislados y encontrar algún sentido común en la confusión generalizada. Pero normalmente un individuo extravagante constituye una peculiaridad, un caso aislado. ¿No es así?

Ahora bien, si no están ustedes de acuerdo con esta última tesis y contestan: «No es así», o: «No siempre es así», es posible que yo recupere la confianza en lo tocante al significado de mi héroe Alekséi Fiódorovich. Pues ya no se trata únicamente de que el individuo extravagante «no siempre» constituya una peculiaridad, un caso aislado, sino que, por el contrario, en ocasiones puede ser el portador de la esencia del conjunto, en tanto que los demás hombres de su época, como un viento inconstante, se separan temporalmente, por la razón que sea, de ese conjunto…

Lo cierto es que tampoco tenía intención de enredarme en estas explicaciones tan poco interesantes y tan confusas, y podría haber empezado mi obra sin más preámbulos: si gusta, la gente la leerá de todos modos. Lo malo es que yo traigo aquí una sola biografía, pero dos novelas. La principal es la segunda1: y trata de las acciones de mi protagonista en nuestros días, en estos precisos momentos. En cambio, la primera novela se desarrolla hace ya trece años, y casi no es una novela, sino un episodio de la primera juventud de mi héroe. No me es posible prescindir de esta primera novela, porque sin ella muchos aspectos de la segunda resultarían incomprensibles. Pero de ese modo se vuelve aún más complicada mi difícil tarea inicial: si el propio biógrafo, o sea, yo mismo, reconoce que hasta una sola novela podría ser excesiva para un protagonista tan modesto e indefinido, ¿qué pasará entonces con dos? Y ¿cómo explicar tamaño atrevimiento por mi parte?

Perdido en la resolución de estas cuestiones, me decido a desentenderme de ellas sin acabar de resolverlas. Como es natural, el lector perspicaz ya habrá adivinado hace tiempo que era a eso a lo que me inclinaba desde el principio, y solo estará molesto conmigo por haber malgastado unas palabras estériles y un tiempo precioso. A eso sí puedo responder con precisión: he malgastado unas palabras estériles y un tiempo precioso, en primer lugar, por cortesía, y, en segundo lugar, por malicia: que no se diga, al menos, que no estaban advertidos. Por otra parte, incluso me alegra que mi novela se haya dividido por sí misma en dos relatos, «manteniendo la unidad esencial del conjunto»; el propio lector, una vez conocido el primer relato, decidirá si le compensa adentrarse en el segundo. Por supuesto, nadie está obligado a nada; siempre es posible dejar el libro a las dos páginas del primer relato para no volver a abrirlo. Pero también hay lectores atentos que, sin duda, querrán leer el libro hasta el final para no errar en su juicio imparcial; es el caso, por ejemplo, de todos los críticos rusos. Pues bien, ante ellos siento cierto alivio en mi corazón: a pesar de todo su rigor y sus escrúpulos, les proporciono un pretexto perfectamente legítimo para dejar el relato en el primer episodio de la novela. Y hasta aquí el prólogo. Estoy completamente de acuerdo en que resulta superfluo, pero, ya que está escrito, vamos a dejarlo.

Y ahora, al grano.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
epub
mobi
mobi
pdf
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO


Más de este autor/tema


Diario de un escritor

Diario de un escritor

El lunes 26 de enero de 1881 Vera, una de las hermanas de Dostoyevski, llegó de visita a casa del escritor. En medio de la ...
Crimen y castigo

Crimen y castigo

Escrita en 1866, conserva todo su valor. Es una de las más grandes novelas de la literatura universal. Narra la experiencia del joven Rodion Raskolnicov ...
Memorias de la casa de los muertos

Memorias de la casa de los muertos

En medio de las estepas, de las montañas y de los inextricables bosques de las más apartadas regiones de la Siberia, se encuentran de vez ...
Pobres Gentes

Pobres Gentes

Mi inestimable Varvara Aleksiéyevna: ¡Ayer me sentí yo feliz, extraordinariamente feliz, como no es posible serlo más! ¡Con que por lo menos una vez en ...
Cuentos

Cuentos

Si bien es en la faceta novelística donde más ha destacado Dostoievski, no es menos cierto que el género del cuento, el periodismo, el relato, ...
Noches blancas

Noches blancas

Era una noche maravillosa, una de esas noches que quizá sólo vemos cuando somos jóvenes, querido lector. Había un cielo tan profundo y tan claro ...
El Doble

El Doble

Hay obras literarias cuyo sentido y alcance no son captados en la época de su publicación, sino largo tiempo después, cuando cambios en el ambiente ...
San Pablo en sus cartas

San Pablo en sus cartas

En la editorial Fe Católica, bajo la dirección del P. Sánchez de León, SJ, y con la colaboración de un pequeño grupo de sacerdotes jóvenes ...
Bajo el cielo de Balazar

Bajo el cielo de Balazar

“Me llamo Alexandrina Maria da Costa. Nací en la feligresía de Balazar, distrito de Porto, el 30 de marzo de 1904. era miércoles santo. Me bautizaron ...
El perdón de los pecados sin sacerdote

El perdón de los pecados sin sacerdote

Como tema para la conferencia de hoy se me ha ocurrido hablaros de esa tragedia que ha sucedido hace poco en nuestra bahía, y a ...
De María a María: Puerta del Cielo

De María a María: Puerta del Cielo

«Ten siempre el corazón en el cielo y los ojos en el suelo». (Beato Fray Leopoldo de Alpandeire, Granada 1936) La Virgen María fue durante ...
Los milagros de San Antonio de Padua

Los milagros de San Antonio de Padua

Al fin del día caemos abrumados bajo una montaña de palabras. Escritas, orales, murales, cantadas, de toda suerte y especie, en todas las grafías, colores ...
Investigación sobre Jesús

Investigación sobre Jesús

Muchas preguntas, algunas respuestas Y vosotros, ¿quién decís que soy? MARCOS 8,29 Puede que Jesús fuera un enigma hasta para él mismo. HAROLD BLOOM ¿Hay ...
Elogio de la pereza / El instante presente

Elogio de la pereza / El instante presente

Lo peligroso de las balas no es el trozo de plomo de que constan, sino su velocidad. Lo malo de nuestra civilización no es la ...
José Rivera Ramírez Pasión por la santidad

José Rivera Ramírez Pasión por la santidad

Era así. Realmente era así D. José Rivera. Después de leer de un tirón esta biografía, doy fe de que D. José Rivera era así, ...
Juan XXIII, 200 anécdotas

Juan XXIII, 200 anécdotas

1. El robo de una calabaza Siendo de pocos años, Angelo robó una enorme calabaza en el campo. Al llegar a casa con ella, sin ...
El Libro del Sacristán

El Libro del Sacristán

“Ministerio” es una palabra latina que significa “servicio”. Y en las celebraciones cristianas hay muchos servicios, muchos ministerios a realizar. Algunos son especialmente decisivos, como ...
La Pasión del Señor

La Pasión del Señor

La Pasión y Muerte con que nuestro Rey y Salvador Jesucristo dio fin a su vida y predicación en el mundo es la cosa más ...
Almas sedientas

Almas sedientas

“Para aquellos quienes (al morir) se encuentren en condición de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere ...
Tratado I sobre el Evangelio de San Juan

Tratado I sobre el Evangelio de San Juan

1. Cuando reparo en lo que hemos leído en el texto de la Epístola, que el hombre animal no puede entender las cosas que son ...
Lecciones de Lublin I y II

Lecciones de Lublin I y II

Tengo la alegría de presentar al público de lengua española un nuevo texto inédito de Karol Wojtyła/Juan Pablo II que, por las peculiaridades que rodean ...
Meditaciones sobre la oración

Meditaciones sobre la oración

He cumplido 82 años de vida y la enfermedad de Parkinson, así como los achaques de la edad, me lo recuerdan. Por lo que se ...
Imitación de María

Imitación de María

Entre los muy numerosos y considerables escritos de Tomás Hemerken, más conocido como Tomás de Kempis (1380-1471), se han tenido en cuenta sobre todo aquellos ...
Diccionario Latín-Castellano

Diccionario Latín-Castellano

Quizá la lexicografía de las lenguas clásicas sea en España uno de esos huecos que no acaban de cubrirse, muchas veces por la desidia editorial, ...
Relatos a la sombra de la Cruz

Relatos a la sombra de la Cruz

San Josemaría Escrivá nos enseñó a hablar con Dios viviendo el Evangelio desde dentro, siendo «un personaje más» en cada escena de la vida del ...
Señor, ten piedad

Señor, ten piedad

La confesión es un asunto arduo para muchos católicos. Cuanto más la necesitamos, menos parecemos desearla. Cuanto más optamos por pecar, menos deseamos hablar de ...
Ejercicios Espirituales

Ejercicios Espirituales

Anotaciones para tomar alguna inteligencia en los ejercicios espirituales que se siguen, y  para ayudarse, así el que los ha de dar, como el que ...
Entre el brocal y la fragua

Entre el brocal y la fragua

Cuando chico, muchas veces me tocó ir y venir del pozo al eucalipto, y de éste al pozo, montado en un petizo que, a lazo ...
La Visión

La Visión

He tenido solamente dos visiones en toda mi vida. La primera me vino en 1958, cuando una visión de Dios me llevó de una pequeña ...
Dios en la pandemia

Dios en la pandemia

La crisis del coronavirus nos ha sorprendido a todos, como una tormenta que descarga de repente, cambiando súbitamente a nivel mundial nuestra vida personal, familiar, ...
El Medievo Cristiano

El Medievo Cristiano

UNA EDAD CON PRINCIPIO Y FIN La Edad Media ha sido la Cenicienta y el cajón de sastre de los historiadores. No tenía la nebulosa ...
Llamados a una vida nueva

Llamados a una vida nueva

La mayoría de nosotros somos cristianos desde niños, pero, ¿cómo vivimos nuestra relación con el Señor? ¿Quién ocupa el primer lugar en nuestras preferencias? ¿Qué ...
Vida de San Agustín (Ilustrado)

Vida de San Agustín (Ilustrado)

Sí, yo soy Agustín de Hipona. Me llaman así porque fui obispo de la ciudad de Hipona, al norte de África, que formaba entonces parte ...
Del Gobierno de los Príncipes

Del Gobierno de los Príncipes

El opúsculo Del Gobierno de los Príncipes (De Regimine Principum ad Regem Cypri) tiene especial interés entre los demás opúsculos de Santo Tomas de Aquino, ...
Conocer a Jesucristo

Conocer a Jesucristo

   Al tomar este libro en tus manos, amigo lector, es posible que lo hayas hecho con una sombra de escepticismo. ¡Otra vida de Nuestro ...
Diario Espiritual de Sor Isabel de la Trinidad

Diario Espiritual de Sor Isabel de la Trinidad

Lunes 30 de enero [1899]  He tenido hoy la alegría de ofrecer a mi Jesús varios sacrificios sobre mi defecto dominante, ¡pero cuánto me han ...
El amigo del novio

El amigo del novio

En San Juan, la capital de Puerto Rico, se encuentra ubicada frente al Capitolio –la mansión de las leyes– una tosca y maciza escultura de ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta