La prisa de la caridad

La caridad de María es disponibilidad, pero para que pueda ser así es necesaria su presencia.

Autor: P. Fintan Kelly 

  Probablemente a María le llevó tres días para ir de Nazaret al pueblo de su prima que está cerca de Belén, llamado Ain Karin.

Cuando una persona tiene un problema personal tiende a obsesionarse con él. Su mente es como una rueda que gira en torno al mismo centro. En estas ocasiones es más difícil pensar en los problemas de los demás y mucho más darles una prioridad.

María al aceptar la invitación de Dios de ser la madre de su Hijo, se complicó la vida. Ella estaba desposada legalmente con José el carpintero. El ser infiel a su compromiso matrimonial le podía acarrear la muerte. ¡Pensemos en el caso de la mujer adúltera que querían apedrear en el Evangelio de san Juan! De hecho José decidió repudiarla, pero en secreto, como consideraremos más adelante.

María no se hundió en su problema, sino pensó en el de su prima Isabel: iba a dar a luz a un niño siendo ella muy anciana. Hasta el día de hoy tal cosa causa bastante pavor a pesar de todos los adelantos médicos. Isabel corría riesgo de morir. María estaba más preocupada sobre la posibilidad de que su prima muriera a que ella misma sufriera la misma suerte.

Cuando entró en la casa de su pariente, ésta, bajo el influjo del Espíritu Santo, la felicitó por su fe: “Bienaventurada eres porque has creído en el mensaje que te fue dicho de parte del Señor”. No la felicitó por haber sido escogida por Dios para ganar la “lotería” mesiánica, sino por su fe en la palabra de Dios. ¡Qué impresión produciría una chica a sí que ya que hizo a los demás maravillarse de una cualidad interior de fe más que de la suerte de ser escogida para ser la madre del Mesías! Se puede apreciar que las cualidades espirituales de María fueron tan profundas que se transparentaban en su mismo rostro.

En esto podemos descubrir el sentido último de la misión de la mujer según el designio de Dios: ser como un “sacramento” o manifestación de Dios para los demás. ¡Qué diferencia entre María de Nazaret y muchas chicas de hoy en día que parecen vacías de toda riqueza humana y espiritual! Cuando la mujer se aparta de Dios y de su gracia, ella pierde incluso como mujer. La mujer debe tener a Dios “escrito” en su rostro, debe manifestar la ternura y la bondad con que Dios ama a la humanidad.

Si bien es cierto que debemos reconocer este esplendor espiritual de María, no debemos ir al extremo de considerarla como un ángel en la tierra. Su caridad hacia la prima fue muy práctica. Así como dijimos más arriba que para María creer fue decir “Aquí estoy”, para ella amar era también decir “Aquí estoy.” Con su actitud de ir a toda prisa a Ain Karín, ella estaba diciendo a Isabel “Tú puedes contar conmigo. Aquí estoy.”

La caridad en María es disponibilidad, pero para que fuese así era necesaria su presencia. No habría significado mucho que ella se hubiera quedado en Nazaret y sólo hubiera mandado una carta a su prima para felicitarla y decirle que esperaba que todo saliera bien.

Parece ser que esta caridad como presencia no brilla en el mundo como debería. Para mostrar solidaridad se mandan medicamentos y alimentos a zonas damnificadas, pero no es lo mismo que ir allí y estar entre la gente para ver que se les puede ofrecer.

El amor de una madre es en gran parte amor presencia. Lo que da seguridad a los niños es el pensamiento de que ella está ahí. También así es el amor de los esposos. Cuando el marido está tan ocupado en el trabajo que ya no tiene tiempo para estar en casa, trabajo que ya no tiene tiempo para estar en casa, comienza a amar por “control remoto”, pues piensa que si él se queda en la oficina hasta altas horas de la noche, es porque está ganando dinero para su familia. Sin embargo, está faltando el amor presencia.

La caridad de María es disponibilidad, pero para que pueda ser así es necesaria su presencia. ¡Cuánto daño hace la ausencia del amado en un matrimonio o en una familia!


Mas lecturas del Evangelio


Fiel y prudente a la Voluntad de Dios

Fiel y prudente a la Voluntad de Dios

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 39-48< Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no ...
El primer mandamiento

El primer mandamiento

Del santo Evangelio según san Marcos 12, 28-34 En aquel tiempo se acercó a Jesús un letrado y le preguntó: ¿Cuál es el primero de ...
Los ángeles, mensajeros de Dios

Los ángeles, mensajeros de Dios

Del santo Evangelio según san Juan 1, 47-51 Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelita de verdad, ...
Buen uso de las riquezas

Buen uso de las riquezas

Autor: P. Juan Gralla Del santo Evangelio según san Lucas 16, 9-15 En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: Haceos amigos con el dinero ...
La ruina de Jerusalén

La ruina de Jerusalén

Autor: P. Misael Cisneros  Del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28  En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada ...
El buen samaritano

El buen samaritano

Autor: P Juan Pablo Menéndez  Del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37 Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿que ...
El "Sí" de María

El «Sí» de María

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, ...
Jesús en Nazaret

Jesús en Nazaret

Del santo Evangelio según san Lucas 4, 16-30 En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en ...
La mies es mucha y los obreros pocos

La mies es mucha y los obreros pocos

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12 En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los envió de dos en dos ...
La oración que Cristo nos enseñó

La oración que Cristo nos enseñó

Autor: Clemente González Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4 Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno ...
Curación de diez leprosos

Curación de diez leprosos

Autor: P. Juan Gralla Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19 En aquel tiempo, yendo Jesús de camino a Jerusalén, pasaba por los confines ...
¡Bendita tú, entre todas las mujeres!

¡Bendita tú, entre todas las mujeres!

Autor: Edgar Pérez  Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región ...
Perdónanos, Madre, aunque a veces sí sabemos lo que hacemos

Perdónanos, Madre, aunque a veces sí sabemos lo que hacemos

Lo matarían en poco tiempo. ¿Y qué clase de muerte? Las había horribles. Horrible sería morir para tu Hijo. ¿La degollación, la horca, la cruz? Lo ...
El ciego de nacimiento

El ciego de nacimiento

En aquel tiempo, mientras Jesús salía de Jericó acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Bartimeo, un mendigo ciego, estaba ...
La puerta estrecha

La puerta estrecha

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30 En aquel tiempo Jesús atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: «Señor, ...
Dolor, humillación y gloria de las espinas

Dolor, humillación y gloria de las espinas

Autor: P Mariano de Blas LC  Dolor añadido, por si fuera poco la flagelación. Pero había que martirizar cada parte de su cuerpo. Después de ...
Herodes oye hablar de Jesús

Herodes oye hablar de Jesús

Autor: Comunidad de Carmelitas Descalzas de Toro Del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9 Se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, ...
Parábola de los trabajadores de la viña

Parábola de los trabajadores de la viña

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a ...
Necesidad de la vigilancia

Necesidad de la vigilancia

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 35-38 Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su ...
Sobre la elección de los invitados

Sobre la elección de los invitados

En aquel tiempo, decía Jesús a uno de los principales fariseos que le había invitado: Cuando des una comida o una cena, no llames a ...
Ay de vosotros, escribas y fariseos

Ay de vosotros, escribas y fariseos

Del santo Evangelio según san Mateo 23, 23-26 En aquel tiempo Jesús habló diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo ...
Maldiciones contra escribas y fariseos

Maldiciones contra escribas y fariseos

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entráis ...
Una curación en sábado

Una curación en sábado

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 10-17 Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía ...
El amigo inoportuno

El amigo inoportuno

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo ...
La purificación del Templo

La purificación del Templo

Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22 Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo ...
Las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas

Autor: P Clemente González Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: ...
La oveja perdida

La oveja perdida

Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores ...
Venida del Reino de Dios

Venida del Reino de Dios

«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el ...
La Epifanía del Señor

La Epifanía del Señor

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente ...
La muerte de Cristo en la Cruz

La muerte de Cristo en la Cruz

Autor: H. Óscar Ramírez  Del santo Evangelio según san Juan 18, 1-19, 42. Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente ...
1 comentario
  1. IRMA GOMEZ
    IRMA GOMEZ Dice:

    Reflexión en lo mas profundo de nuestros corazones la caridad humana el estar dispuesto a brindarnos a nuestros hermanos obras de caridad .Maria con su amor infinito no nos abandona nunca nos forma en lo espiritual como en sabiduría.BENDITA ERES MADRE SANTÍSIMA!

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta