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El Padre Pío El Estigmatizado

PREFACIO

En el mes de julio de 1952, tuve la oportunidad y el privilegio de visitar al Padre Pío y a sus hermanos en el monasterio de los Capuchinos de la Madonna delle Grazie en San Giovanni Rotondo, Foggia, Italia. A pesar de haber oído hablar a menudo de el a mi profesor de teología, Monseñor Bonardi, allá en el seminario arzobispal de Florencia, durante mi cuarto año de teología, en 1923, nunca tuve la felicidad celebrar misa hasta mi primera visita a San Giovanni en abril de 1950. Después de la celebración de esa misa, tan edificante para los católicos, como para los que no lo son, fue cuando decidí publicar un libro sobre el Padre estigmatizado, a fin de hacer conocer en mi país la existencia de ese hombre y los resultados extraordinarios de su apostolado. El Padre Pío lleva a Dios millares de almas por medio del sacramento de la Penitencia y tal como San Juan Bautista Vianney es llamado el gran confesor de Francia, a el se le conoce en el mundo entero como el gran confesor de Italia.

Después de estar en San Giovanni en 1952. Me detuve en Fragneto L’Abate, de donde procede en su mayor parte la gran colonia de San Pablo, en Minnesota. Este pueblo esta situado a unos 5 kilómetros del de Pietrelcina, en donde nació el Padre Pío hace 75 años. Luego de predicar en las 2 misas de Fragneto L Abate, fui a Pietrelccina para fotografiar la habitación en que nació el Padre Pío, la iglesia en que fue bautizado, el rincón donde solía estudiar, y rezar junto a su pueblo natal, y hablar con las personas relacionadas con su infancia y con los numerosos testigos de los diferentes casos relacionados en este libro. Miguel Forgione, único hermano del Padre Pío que vive aun, y el Padre Alberto, guardián del nuevo convento Capuchino de Pietrelcina, me indicaron los lugares y personas que figuran mas adelante. Fui en peregrinación al lugar mismo en que el Padre Pío, siendo seminarista , profetizo la erección del monasterio. He recogido los detalle de esa profecía compulsando los archivos del monasterio y escuchando al Padre Alberto.

Pietrelcina, pueblo de la Prov. De Benevento, tiene cerca de 5000 habitantes y se enorgullece de haber sido la cuna del Padre Pío. Pueblo ante todo rural, dista alrededor de 10 km. De Benevento por vía férrea. Tiene dos iglesias: la iglesia parroquial, recientemente restaurada y embellecida gracias a la ayuda de los emigrantes italianos del lugar, que habitan ahora en Nueva York y en Jamaica, Long Islands; y la iglesia de Santa Ana, en la que el Padre Pío, cuando niño, seminarista y sacerdote joven paso largas horas del día y de la noche en la plegaria y la meditación. Cuando era seminarista, paso muchas meses en Pietrelchina por motivo de salud. En esa época frecuentaba asiduamente la iglesia y asistía con devoción a los oficios divinos. Entre todos los seminaristas del pueblo, el humilde fraile era el mas estimado y amado por el cura Don Salvador Pannullo, primo suyo, que admiraba su extraordinaria bondad y su humildad. Cierto día que paseaba con el archipreste Pannullo y otros seminaristas, al llegar a la encrucijada de los caminos de Benevento y Pesco Sannita, el joven exclamo de pronto:"! Que maravilloso olor de incienso y que maravillosos cantos franciscano! Aquí en este mismo punto, se levantara algún día un monasterio". Y señalo con el dedo el lugar. Era una profecía. Sus compañeros reían, pero el archipreste Pannullo decreto: "Si Dios lo quiere, esta Será la gracia mas grande que se le pueda conceder a Pietrelcina".

En 1922 esta profecía se realizo. Miss Mary Mac Alpin Pyle, aun neoyorquina protestante, se convirtió al catolicismo después de asistir a la misa del Padre Pío. Hoy ella habita una casa de campo a la sombra del monasterio en que vive el Padre Pío desde 1917. Es su dilecta hija espiritual, a la que el confiesa todos los miércoles y que viste siempre el habito de terciaria franciscana. Impulsada por el entusiasmo de las almas sencillas, ha consagrado toda su fortuna a la realización de esa profecía y los deseos de un gran corazón: ver convertirse en una realidad el olor de incienso y los cantos de los franciscanos en Pietrelcina.

Su Eminencia el cardenal Luis Lavitrano bendijo la primera piedra del monasterio que quedo terminado en 1926. En 1928 colocase la piedra fundamental de la iglesia continua, en la que se grabo esta inscripción:

"En el año de Cristo 1928, el 24 de Mayo, Su Eminencia Mons. Luis Lavitrano, Arzobispo de Benevento, coloco esta piedra extraída de la cantera de esta Prov., la primera de la iglesias que los fieles de Pietrelcina dedican a la sagrada familia y a San Francisco de Asís, en presencia de los miembros de la comisión presidida por el intendente, Doctor Rodrigo Cafra, !Oh , Señor! recibe las suplicas, las plegarias y los actos de amor de tu pueblo que hoy, según los ritos de la santa liturgia, la consagrada a la familia por intercesión de tu levita Francisco de Asís".


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