Persecución de los discípulos

Autor: P. Clemente González

Del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

«Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

Oración introductoria

Espíritu Santo, Dulce huésped de mi alma, Tú eres mi Consolador, el que me asiste, el que me ilumina y guía. Gracias por este día y por este momento de oración, oportunidad para crecer en gracia y santidad. Ayúdame a ponerte en el centro de mi vida y de mi actividad, de mis pensamientos y deseos.

Petición

Señor, dame la gracia para afrontar las dificultades derivadas de vivir auténticamente mi fe.

Meditación del Papa

Así hicieron siempre los santos extendiendo la luz del Señor y la potencia de su amor, transformando el mundo hasta convertirlo en un hogar acogedor para todos, donde Dios es glorificado y sus hijos bendecidos. Queridos jóvenes, como aquellos apóstoles de la primera hora, sed también vosotros misioneros de Cristo entre vuestros familiares, amigos y conocidos, en vuestros ambientes de estudio o trabajo, entre los pobres y enfermos. Hablad de su amor y bondad con sencillez, sin complejos ni temores. El mismo Cristo os dará fortaleza para ello. Por vuestra parte, escuchadlo y tened un trato frecuente y sincero con él. Contadle con confianza vuestros anhelos y aspiraciones, también vuestras penas y las de las personas que veáis carentes de consuelo y esperanza. Evocando aquellos espléndidos días, deseo exhortaros asimismo a que no ahorréis esfuerzo alguno para que los que os rodean lo descubran personalmente y se encuentren con él, que está vivo, y con su Iglesia. Benedicto XVI, 2 de abril de 2012

Reflexión

Jesús nos muestra cómo el ser discípulos suyos, no es un camino fácil ni agradable. No nos equivoquemos, nuestra recompensa no es en la tierra sino en el cielo. Y todo por causa de la Verdad, del Evangelio. Sólo necesitamos mirar a tantos y tantos hermanos que ya han pasado por lo que Cristo nos anunció: encarcelamientos, persecuciones e incluso la muerte. Y precisamente en nuestro caso, situaciones no muy lejanas en el tiempo han bañado nuestro pueblo con la sangre de los mártires. “Seréis odiados por todos a causa de mi nombre” dice el Señor. Odio, traición, soledad… estos y otros más, son los recursos que el maligno utiliza ante el triunfo que ya nos ha alcanzado el Señor. Es así de sencillo, y debemos confiar en Cristo y estar preparados pues “a fuerza de constancia poseeremos nuestras vidas”.

Sólo el Señor puede darnos la gracia de mantenernos firmes en la fe ante las contrariedades de la vida, por eso nosotros debemos estar preparados para recibirlas, sobrenaturalizarlas y mediatizarlas como una escalera hacia el cielo, escalera que se identifica con la Cruz. En primer lugar, hay que esperar todo de Dios, saber que la fuerza viene de Él, confiar ciegamente en Él, y desconfiar de nosotros y de “nuestras” capacidades, pues son dones recibidos.

¡Pobre aquel que espera vivir sin dificultades, imprevistos, sin dolor, sin sufrimiento…! ¡Aún no hemos alcanzado el cielo! ¡seguimos desterrados! En segundo lugar, permitirle a Dios, pues nuestra libertad nos juega a menudo malas pasadas, que derrame su gracia sobre nosotros. Él está siempre esperando nuestra respuesta afirmativa, “sí quiero, Señor”. Esta declaración debe estar secundada en el amor y la responsabilidad por adquirir e imitar las virtudes del Corazón de Cristo. Sólo Jesús puede ser el agua que sacie nuestra sed, el bálsamo que cure nuestras heridas espirituales, el vino que embriague nuestro amor. Sólo Él puede revestirnos de “un lenguaje y sabiduría que no podrán contradecir ninguno de nuestros adversario”.

Que ante cada dificultad en el camino, veamos las huellas del Maestro que va por delante y que como buen Maestro, ya ha experimentado en su persona todo lo que tengamos que padecer nosotros. “Confiad, Yo he vencido al mundo”.

Propósito

Participar, sin ningún temor, en mi apostolado, poniendo todo en manos de Dios.

Diálogo con Cristo 

Señor, seguir tu Evangelio, ser un discípulo y misionero de tu amor, es oponerse a lo que el mundo ofrece y que la mayoría considera como auténtica felicidad. Necesito hacer un sincero esfuerzo por adquirir aquellas virtudes que me permitan vivir auténticamente mi fe: la pureza, la fidelidad, la humildad, la sinceridad y la autenticidad. Te pido, por intercesión de María, la sabiduría y la fuerza que necesito para serte fiel.


Mas lecturas del Evangelio


Alegría que nadie les podrá quitar

Alegría que nadie les podrá quitar

En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo ...
Buen uso de las riquezas

Buen uso de las riquezas

Autor: P. Juan Gralla Del santo Evangelio según san Lucas 16, 9-15 En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: Haceos amigos con el dinero ...
La prisa de la caridad

La prisa de la caridad

Autor: P. Fintan Kelly    Probablemente a María le llevó tres días para ir de Nazaret al pueblo de su prima que está cerca de ...
La oración que Cristo nos enseñó

La oración que Cristo nos enseñó

Autor: Clemente González Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4 Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno ...
No he venido a traer paz

No he venido a traer paz

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: He venido a arrojar un fuego sobre la tierra ...
La ruina de Jerusalén

La ruina de Jerusalén

Autor: P. Misael Cisneros  Del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28  En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada ...
Sobre la elección de los invitados

Sobre la elección de los invitados

En aquel tiempo, decía Jesús a uno de los principales fariseos que le había invitado: Cuando des una comida o una cena, no llames a ...
Maldiciones contra escribas y fariseos

Maldiciones contra escribas y fariseos

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entráis ...
Parábola de los trabajadores de la viña

Parábola de los trabajadores de la viña

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a ...
Muerte de Juan Bautista

Muerte de Juan Bautista

Del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29  En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado ...
La purificación del Templo

La purificación del Templo

Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22 Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo ...
Id por todo el mundo y prediquen el Evangelio

Id por todo el mundo y prediquen el Evangelio

Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y ...
¡Bendita tú, entre todas las mujeres!

¡Bendita tú, entre todas las mujeres!

Autor: Edgar Pérez  Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región ...
La Epifanía del Señor

La Epifanía del Señor

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente ...
Parábola de las diez vírgenes

Parábola de las diez vírgenes

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al ...
Herodes oye hablar de Jesús

Herodes oye hablar de Jesús

Autor: Comunidad de Carmelitas Descalzas de Toro Del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9 Se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, ...
El primer mandamiento

El primer mandamiento

Del santo Evangelio según san Marcos 12, 28-34 En aquel tiempo se acercó a Jesús un letrado y le preguntó: ¿Cuál es el primero de ...
¡Ha resucitado el Señor!

¡Ha resucitado el Señor!

Autor: P . Sergio Córdova LC  El día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy de mañana cuando aún era de noche, y ...
Los ángeles, mensajeros de Dios

Los ángeles, mensajeros de Dios

Del santo Evangelio según san Juan 1, 47-51 Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelita de verdad, ...
Parábola de los talentos

Parábola de los talentos

En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola, pues estaba Él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento ...
Una curación en sábado

Una curación en sábado

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 10-17 Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía ...
Conversión de Zaqueo

Conversión de Zaqueo

Autor: Ignacio Sarre  Del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10  En aquel tiempo, Jesús, habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre ...
Marta y María

Marta y María

Autor: P. Juan Pablo Menéndez Del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42 En aquel tiempo, entró Jesús en un pueblo; y una mujer, llamada ...
La puerta estrecha

La puerta estrecha

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30 En aquel tiempo Jesús atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: «Señor, ...
El grano de mostaza

El grano de mostaza

En aquel tiempo, Jesús decía: ¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que ...
El "Sí" de María

El “Sí” de María

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, ...
Cuidado con la avaricia

Cuidado con la avaricia

En aquel tiempo, uno de la gente le dijo a Jesús: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo». Él le respondió: «¡Hombre! ...
Las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas

Autor: P Clemente González Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: ...
Parábola del juez corrupto

Parábola del juez corrupto

Autor: P. Clemente González  Del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8 En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos que era preciso orar ...
Mi Reino no es de este mundo

Mi Reino no es de este mundo

En aquel tiempo preguntó Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta