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Cristología de los primeros maestros franciscanos

Bernardino García de Armellada OFMCap

Las primeras escuelas franciscanas

La primer escuela franciscana de teología fue la Oxford (1228), cuando el célebre maestro Roberto di Grosseteste llevó su cátedra al convento de los franciscanos. Allí tuvo como discípulos a franciscanos tan célebres como Adán de Marsh, Tomás de York, Rogerio Bacón…

La escuela más importante del primer siglo de la Orden fue la de París.

El refrán famoso de Jaccopone de Todi, “Mal te vemos París, tú que destruiste a Asís“, expresa los sentimientos de los espirituales hacia París. La historia demostrará que el ideal de Francisco no sólo no fue destruido sino intelectualmente potenciado y valientemente encarnado por nuestros santos.

El gran movimiento teológico franciscano de París comienza el día en que Alejandro de Hales (+1245), maestro titular de la Universidad, se hace franciscano en 1236, estableciendo en el convento su prestigiosa cátedra de teología.

Observaciones sobre la “Summa Halensis”

Autores y significado

Al nombre de Alejandro de Hales está unida una importante obra teológica, la llamada “Summa theologica fratris Alessandri“. La crítica ha llegado a la conclusión que esta obra, ciertamente inspirada en el Maestro Alejandro de hales, ha sido escrita en realidad por los franciscanos Juan de la Rochelle (+1245), Guillermo de Melitón (+1257) y probablemente por Otón Rigaud (+1275).

En esta “Summa” se recoge el material que luego facilitará la síntesis bonaventuriana, continuadora del mismo espíritu cuyas características son: concepción afectivo-sapiencial de la teología; referencia a la historia salvífica; la Trinidad, revelada en Cristo, como centro de todo; la “intelligentia fidei” o sea la percepción sapiencial de los misterios sobrenaturales, fruto de la misma fe en cuanto ésta resulta ser la iluminación del alma. La fe engendra inteligencia, haciendo descubrir los motivos de nuestro creer. Por lo tanto se supone confianza, pues, en las “razones necesarias” que muestran, por ejemplo, el “como” es la Trinidad que antes fue creída por la fe.

La contribución más original de la “Summa Halensis” en la historia de la teología, en confrontación con la tradición continua -S. Anselmo, los Victorinos, Pedro Lombardo -, consiste en la integración plena del pensamiento del Pseudo-Dionisio y, en menor grado, de Aristóteles, en el discurso de la teología occidental. Del primero recibe la metafísica del “bonum diffusivum sui“, nervadura sistematizadora de su pensamiento teológico; del segundo, el principio de la doble forma de procedencia : natural y voluntaria.


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